Se puede entender que dentro de la compleja estructura del Estado surjan zonas opacas que intentan defenderlo a costa de bordear la ley. No es bueno ni deseable pero ocurre y ya Maquiavelo mencionaba la “razón de Estado”.
Dentro de los seres miserables que habitan las cloacas las peores ratas son las que proceden de los Cuerpos de Seguridad y utilizan la información obtenida en beneficio propio, por puro afán de lucro.
Y entre ellos destaca por deméritos propios el excomisario Villarejo que creó una red de corrupción y está en prisión por diferentes delitos. Su arma favorita es el chantaje y ahora lo practica al máximo nivel comprometiendo
la jefatura del Estado para “dulcificar” su situación hasta donde sea posible. Ojalá le salga mal.