A todos nos cuesta mucho o demasiado dar el primer paso cuando se trata de hacer cambios en la vida tanto a nivel profesional como personal, comenzamos a dar vueltas, ver en que podemos anclarnos para tener la excusa perfecta para no avanzar y así seguir viviendo con los sueños o los objetivos deseados pero desde el mismo lugar y sin hacer nada.
La mejor excusa que tenemos es la perfección, se busca que la condiciones internas y externas sean perfectas para actuar, si no es así, pues nos quedamos quietos esperando el momento ideal para ponernos en marcha, pero claro esa situación no llegará nunca, así que mejor esperar sentado si se piensa en ello.
Sobre este tema he escrito algún post la pasada temporada pero como es un tema recurrente me pareció oportuno volverlo a tratar, además la semana anterior con tres clientes que he estado, el común denominador ha sido la perfección para emprender cambios de hábitos y proyectos profesionales.
Las condiciones ideales y perfectas no estarán nunca, por una sencilla razón, somos seres imperfectos, con lo cual si nuestro mundo está habitado por humanos, es lógico que lo perfecto no sea lo dominante. Pero claro a esto racionalmente lo entendemos muy bien pero en nuestra mente hay otras creencias instauradas que le sirven a nuestro saboteador para presionarnos a que busquemos la perfección y así de este nos quedarnos quietos y estancados en nuestra zona de confort.
También aprovecho para decir que la perfección y la excelencia, no son lo mismo.
Para alcanzar la Excelencia, hacen falta muchas pero muchas horas de esfuerzo, compromiso, disciplina y dedicación en algo, para que después de cientos de horas podamos estar en condiciones de poder subir a ese escalón.
Alcanzar la Excelencia en algo es una auténtica demostración de que hay un camino recorrido, es decir que en algún momento la persona se puso en marcha, ¡arriesgó!, tomó una decisión de ir hacia delante por más que las condiciones y el contexto interno y externo que le rodeara no sea el perfecto, tal vez el adecuado o no pero nunca el perfecto.
Para ir a por la Excelencia se necesita tener una alto grado de compromiso con lo que se hace, sabiendo que se necesitará de uno mismo sacar a la luz todo el talento que tiene y a su vez lidiar con el saboteador que se lleva dentro. Habrá que superar muchos obstáculos internos y externos, que serán estos los que aporten sabiduría durante la travesía.
La Excelencia se logra después de muchas horas invertidas, de aplicar disciplina y constancia, pero respaldada por una gran dosis de coraje, valentía y decisión para emprender el camino por más que el horizonte no sea el deseado.
Decir que no actuamos porque las condiciones no son las perfectas en un momento de la vida puede que sea cierto, pero esto no debe convertirse en un único discurso durante años.
Conozco personas que tienen ideas y proyectos brillantes pero que llevan años diciendo que les gustaría ponerlas en práctica pero que no encuentran el momento adecuado. Seguramente no lo encontrarán nunca, desperdiciarán los mejores momentos de sus vidas y se quedarán sin fuerzas para emprender, con lo cual llegarán al final de sus vidas viendo como han desperdiciado sus talentos e ideas.
Si quieres algo deberás arriesgar, tomar decisiones y avanzar, el mismo camino te mostrará el camino para llegar a la meta, mediante el aprendizaje que regalan los obstáculos. Ahora bien si buscas la perfección para ponerte en marcha, te recomiendo que la esperes sentada y ten en cuenta que es muy probable que no llegue nunca……..
La vida es prueba y error hasta que llega el acierto, la maestría y la excelencia, pero si buscas la perfección habrás encontrado la excusa perfecta para no trascender.