Bienvenidos a esta pequeña sección.!
A lo largo de los días voy a ir contando la historia, mitos y creencias de mi gran provincia San Juan.
Hoy le toca a La Pericana.
Ella es una mujer hermosa que en las siestas se transforma en un monstruo devorador de niños. Por eso si estás despierto mientras los mayores descansan seguro te devora, solo algunos pudieron escapar a tiempo.
Esta es una leyenda totalmente sanjuanina y hay abuelas que aún asustan a sus nietos con la historia que hizo dormir a miles de pequeños. Quienes pudieron escaparse a tiempo, cuentan, aún temblando y con el corazón agitado, que durante la siesta, sobre todo en las de verano, deambula por las calles un personaje tan misterioso como siniestro: La Pericana.
Según cuentan, La Pericana es una mujer delgada, de rostro hermoso y cabellera larga y oscura. Ella camina lentamente, sin prisa y sin cansancio. Su objetivo es muy claro, la mujer solo busca niños que se escapan de sus casas para hacer picardías o travesuras mientras los mayores descansan para volver al trabajo. A La Pericana le gusta salir cuando no hay nadie en la calle y hace mucho calor.
La mujer tiene una sonrisa muy dulce y con un gesto amable llama mucho la atención de los niños. Ellos la encuentran irresistible y comienzan a acercarse a ella, pero no hay que confundirse cuando los pequeños están tan cerca que ya no pueden escapar, el momento en el que se muestra tal cual es. Todo sucede en un segundo, la mujer hermosa se transforma, de golpe, en un ser horroroso, mezcla de humano y matuasto, con orejas puntiagudas, grandes ojos amarillos fosforescentes, dientes largos, uñas filosas y una larguísima cola. De su enorme boca sangrienta y maloliente sale un chillido espeluznante. Y con un enorme cuchillo o a veces un látigo con punta de clavos que lleva en sus esqueléticas manos pardas, azota a los pequeños desobedientes. Y si está hambrienta, los devora a pedazos.
Muchos se atrevieron a desafiarla, pero ninguno de ellos volvió para contar su experiencia.