Un día de estos me encontraba en redes sociales y en el blog de un amigo me encontré esta frase “la vida dobló pero no alcanzó a quebrar”, inmediatamente fije mis ojos en aquella frase tan interesante, seguido revisé la información que continuaba que era acerca de una planta, el bambú y me encantó lo que leí y se los quiero compartir.
El bambú se dobla, pero no lo quiebra fácilmente. El bambú es de las plantas que más rápido crece, aunque se le corta el tallo, no le detienen su veloz crecimiento. El bambú tiene la capacidad de sobrevivir en prácticamente cualquier superficie. El bambú profundiza su raíz hasta encontrar su agua. El bambú reserva el líquido, para tiempos de sequía por eso es hueco y tiene cámaras para sí.
En realidad ignoro quien es el autor de esto, pero como enriqueció mi vida al leerlo. Definitivamente ojala tengamos la capacidad de ser como esta planta, ser personas que muy a pesar de la adversidad no nos quiebren con facilidad.
La vida y nuestras decisiones en muchas ocasiones nos hacen tomar caminos equivocados, nadie es sabio, ni adivina el futuro para saber que las circunstancias por venir no son las más favorables, simplemente se toma la decisión de vivirlas esperando sea lo mejor para cada uno, aguardamos vivir felices y alcanzar plenitud; estas condiciones son variadas puede ser que le llamemos trabajo, familia, pareja, etc.; son circunstancias, experiencias que nos toca vivir por decisión propia o porque se nos presentan y queremos aprovechar oportunidades, pensando que todo estará bien. Sin embargo, cuando estamos en ellas, podemos ver que tal vez no son lo que esperábamos, la expectativa cambio o nos cambiaron el panorama; por lo general las situaciones difíciles nos ocasionan dolor, desequilibrio emocional y tristeza, pero también veteranía, ¡Cuánto aprendemos de ellas!
Me encanta ver la posibilidad de compararnos con esta impresionante planta, ya que considero hay personas que somos muy parecidas a ella y por lo tanto quise aprender de sus características.
La persona bambú es alguien que enfrenta situaciones difíciles, muy duras pero resiste tiene una capacidad de resiliencia superior, puede caer pero no se queda allí, tiene la capacidad de levantarse y continuar, puede ser que sienta un dolor profundo, se decepcione, pase por un valle de sombras pero no se quiebra con facilidad, es alguien que sabe decir “No más”, pasar la hoja y ver hacia el futuro con una nueva esperanza.
La persona bambú no se estanca, crece a paso firme; son personas a las que buscarán siempre opacar, cortar las alas, limitarle el crecimiento y que vuelen libre porque ya traen implícito esa seguridad, ese impulso innato que los hace enfrentarse a lo que sea, tomar decisiones, asumir retos, se distinguen, llaman la atención aunque no lo anden buscando, se siente su persona en donde quiera que estén. Y aunque muchas veces por los acontecimientos enfrentan experiencias dañinas, saben distinguir lo que es verdadero y único, lo que les da vida y saben librarse de lo negativo y salir adelante. Aunque traten de cortarle el tallo, no le detienen su veloz crecimiento. Nunca podrán aplastar a una persona bambú.
Así como el bambú tiene la capacidad de sobrevivir en cualquier superficie, estas personas que asemejo a esta planta también. Pueden venir eventualidades duras que podrían ser económicas, emocionales, laborales, sentimentales; sea cual sea, la persona bambú se reestablece, vive con poco o mucho, esto no marca quien es como persona, en la escases o en la abundancia mantienen su esencia porque saben que su vida es mucho más que lo que alguien pueda hacerles u ocasionarles, porque no es el dinero quien los define, porque no es donde viven o lo que tienen lo que hace que sean fuertes y resalten en medio de otros. Son personas seguras de sí mismas que entienden que los momentos dolorosos son circunstanciales, que todo tiene un principio y un fin y que lo mejor siempre está por venir, difícilmente pierdan su carisma, su riqueza interna, podrán quitarle todo pero nunca su valor, su precio o su autoestima.
El bambú profundiza su raíz hasta encontrar su agua. Las personas bambú aprenden de las experiencias, en medio de los pormenores difíciles no se limitan a la mediocridad, sino, sacan el mayor provecho de ellas y usan estas experiencias para aprender para sí mismos y para ayudar a otros. Encuentran cuál es su estado de realización, de equilibrio, su razón de ser; y a consecuencia de esto, cuando algo no está bien toman decisiones que no muchas personas en su situación tomarían con facilidad. Lo que pasa es que la persona bambú sabe que algo no anda bien, no se siente cómoda y busca regresar al camino correcto y donde puede estar firme y seguro una vez más.
El bambú reserva el líquido, para tiempos de sequía por eso es hueco y tiene cámaras para sí. La persona bambú se auto educa, vuelve a fortalecer las áreas dañadas, trabaja para sí mismo una vez más, aprende del pasado y busca la manera de enriquecer debilidades para cuando le toque enfrentar nuevamente situaciones duras y similares, de esta manera entienda cómo salir avante. Trabaja en su espíritu y en su mente, reconoce sus áreas de flaqueza, sus errores y aprende de ellos y almacena para poder auto proveerse de información cuando enfrente tiempos duros otra vez, y no solo reserva para sí, sino también para ayudar a otros que necesitan de sus vivencias en caminos difíciles, caminos que ya han sido recorridos por él o por ella.
“La fortaleza y crecimiento llegan solo a través de esfuerzo y lucha continuas”. Napoleón
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