Era de día y otra vez se vió sola. Aquella persona que amó esa misma noche, la abandonó esa misma mañana. Se vuelve a sentir vacía, sola, no entiende el que es lo que da de más, que todas las personas que quiere tener a su lado la abandona, en cuanto ella necesita algo más que una simple caricia. No necesita que la entiendan,no necesita que la escuchen (aunque es deseable), tan solo necesita que estén ahí, necesita a alguien en qiuen confiar, a quien acudir, alguien que aunque no lo diga estará ahí.
Cada noche se acostaba acompañada, pero se levantaba sola y llegado un día, se sintió tan abandonada y hundida que decidió que no valía la pena irse a la cama con una persona que no quiere soportar ni que soporten el despertar.
Nadie valora que le hagan el desayuno, nadie valora que le preparen el café con tortitas, alguien valoró que la despertara con crepes de chocolate y fresas frescas, pero se sintió abrumada y jamás estuvo.
Hasta que comprendió que cada persona necesita su tiempo.
Una noche conoció a una persona y fue ella la invitada esa noche, a mitad de la noche cuando dormían, se despertó con ganas de irse, pero no pudo escapar, porque no encontraba su ropa, así que decidió quedarse. A la mañana siguiente la despertaron con fruta fresca y yogurt natural azucarado y entonces ella entendió el porque se iban de su lado antes del amanecer, pero se dió cuenta del placer que se perdían.
A veces, tan solo hay que dejarse llevar, por mucho miedo a perder que tengas. La vida es lo que pasa entre el éxito del primer paso y el fracaso de sentir que has perdido, pero es que si crees que pierdes algo, es porque nunca lo has tenido.