La personalización, distorsiones cognitivas

Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturaleza de tus errores.
– Thomas Harris

Hoy, abriendo esta nueva serie de artículos sobre las distorsiones cognitivas, voy a tratar la personalización.

EL RECHAZO DE ALEJANDRO

Veamos a Alejandro acercándose a una chica y siendo rechazado:

“Me ha rechazado, normal, es mi culpa, me acerqué en un ángulo de 96º respecto al sol y su lenguaje corporal indicaba que necesitaba un Malibú con piña y yo se lo traje con melocotón, que desastre, no volverá a pasar”

Alejandro es un tío exigente consigo mismo, quiere mejorar en el campo de las relaciones sociales y, como veis, se suele echar la culpa de todos los resultados negativos, llegando incluso a ser irracional.

Lo que Alejandro no sabe es que ese día la chica no estaba de humor para hablar con nadie, su padre había tenido un accidente, no podía hablar con el y quería salir con las amigas para intentar olvidarse un poco de todo. Entonces, ¿por qué Alejandro se da tanta prisa en culparse a si mismo?

LA PERSONALIZACIÓN COMO DISTORSIÓN COGNITIVA

Por que está experimentando la distorsión cognitiva conocida como personalización.

La personalización es la tendencia a relacionar algo del ambiente con nosotros mismos.

Es decir, nos atribuimos aspectos negativos externos por que si, generalmente esto sucede para llevar los hechos que no entendemos a nuestro terreno e intentar controlarlos desde ahí. Es importante buscar, identificar y remodelar este tipo de pensamiento, ya que tanto a corto como a largo plazo, es una espina que tenemos clavada y nos produce bastante dolor. Un aspecto importante muy importante  relacionado con la personalización es la costumbre de compararse continuamente con los demás.

¿Por qué compararse?

Por que el error básico de pensamiento en la  personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada, como una pista para analizarse y valorarse  a uno mismo. Chicos, compararse no esta mal, puede ayudarnos a mejorar si lo hacemos de la manera acertada y con los referentes adecuados, pero, el problema surge cuando la comparación se convierte en: “Jose siempre lo hace mejor que yo…”, “nunca podre conseguir el nivel de Sofía, ella tiene un don”, etc.

Estos pensamientos no solo nos limitan, si no que frenan nuestro desarrollo y nos impiden actuar de una manera acorde a nuestros deseos. Por que, claro, ¿si Sofía siempre será mejor, por que debería seguir intentándolo?

Tened en cuenta que si continuamente nos encontramos forzados a probar nuestra valía como personas midiéndonos a nosotros mismos en relación con los demás, no siempre saldremos ganadores, si lo hacemos tendremos un momento guay y de alivio, pero si salimos perdedores nos sentiremos frustrados, humillados y dolidos, ¿acaso vale la pena?

Personalización en la seducción

Juan esta coladito por Marta y Marta por Juan, pero como ella es una chica que ha tenido experiencias difíciles con hombres le gusta ir despacito y hacerse la difícil. Al cerebro de Juan no le termina de gustar e interpreta el supuesto desinterés de Marta como una carencia personal.

Razonamiento personalizado de Juan:
(No debo ser lo suficiente atractivo/interesante/divertido para ella, es evidente que no le gusto)

Por suerte Juan conoce Egolandseducción, decide meterse para despejarse un poco y se encuentra este artículo.

- ¡Pero si esto es lo que me pasa a mi, es más, el del ejemplo soy yo!

Decide entonces comprobar que su razonamiento se ajusta a la realidad y no solo está en su mente. Luego de una noche muy bonita le explica a Marta que le gusta mucho y que le encantaría tener algo con ella, Marta le corresponde y acaban fol—– como cerd– hasta la hora de desayunar.

¿Qué descubrió Juan?

Que lo que él supuestamente creía no era lo acertado y condicionaba su conducta, cuando en realidad simplemente tenía que actuar.

Si crees que a ti te ha pasado o te está pasando algo parecido, ¿qué te parece si intentamos solucionarlo?

Preguntas para racionalizar la personalización

Para minimizar está distorsión cognitiva vamos a llevarla desde el plano mental al físico, es decir, vamos a intentar encajarla en la realidad y si vemos que no encaja, nos deshacemos de ella.

Pregúntate a ti mismo:

¿Hay pruebas solidas para corroborar que los comportamientos ajenos tienen algo que ver conmigo? ¿Tengo mis conclusiones bien fundamentadas?
¿Que criterios estás usando? ¿Son razonables?
¿Que consecuencias tiene compararse cuando sales perdiendo? ¿Te ayuda en algo?

Recordad que el valor de una persona no consiste en ser mejor que los demás, si no en ser ser mejor uno mismo, para hacer mejores a los demás. Y a veces la mejor manera para asegurarnos de algo es arriesgarnos e intentarlo, es decir, ser algo más proactivos.

¡Un abrazo chicas y chicos y chicos y chicas!

YAGO BADER