¿Podemos afirmar que la perversión de Hacienda existe? Rotundamente sí. Veamos lo que dice la RAE sobre «pervertir»: Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etcétera.
Cada día es más evidente la perversión de Hacienda
LAS CINCO PERVERSIONES DE HACIENDA
La perversión de Hacienda es múltiple
La primera perversión del sistema es su propia complejidad. Si de lo que se trata es de recaudar una cierta cifra al año, necesaria para cubrir las asistencias sociales y todo lo que, se supone, se paga con nuestros impuestos, lo primero que cualquier gobierno del color que sea tendría que hacer (y que nunca hará porque no le interesa) es simplificarlo. Con un impuesto único, o casi único, y simple, se evitaría buena parte del fraude, pero también se evitaría la multitud de interpretaciones de cada norma, incluso los cambios de criterio de la administración que nos lleva a la más absoluta de las confusiones.
La segunda perversión es que seamos nosotros, lo contribuyentes, quienes tengamos que calcular nuestros impuestos, con todo lo que ello supone. Primero el riesgo a equivocarnos, con las consiguientes sanciones, intereses de demora… e incluso la cárcel, porque parece más fácil entrar en la cárcel por delito fiscal que por otras muchas cuestiones, en apariencia más graves. Otro problema añadido es que, tanto por la complejidad antes indicada, como por el sistema de autoliquidaciones, obliga a la mayoría de los contribuyentes a tener que depender de un asesor, con los consiguientes costes añadidos.
La tercera perversión es que tengamos que hacer de recaudadores gratuitos del sistema, facturando un IVA que encarece nuestros productos, estar obligados a cobrarlo y a ingresarlo, e incluso a veces, a tener que hacernos cargo de lo que otro no ha pagado. Y todo ello, no solo gratis, sino con la amenaza de que si lo hemos hecho mal, seremos perseguidos sin piedad.
La cuarta perversión es que, muy hábilmente y legislatura tras legislatura, han hecho creer a gran parte de la ciudadanía, que el sistema es justo, eficaz y veraz. Y no es nada de eso. Es tremendamente injusto la mayoría de las veces, claramente ineficaz y lleno de mentiras, manipulaciones y malas interpretaciones. El ciudadano que recibe una paralela o cualquier otro tipo de comunicación, de inmediato da por hecho que el contenido de la misma es fiable y que, por lo tanto, está obligado a pagar lo que le piden sin tener que rechistar, cuando está más que demostrado que Hacienda, no solo se equivoca (a su favor) muy a menudo, sino que a veces lo hace de manera malintencionada.
La quinta perversión son las medidas cautelares: embargos de cuentas, embargos de devolución de impuestos, embargos preventivos de bienes… Y todo ello de manera cautelar. No hablo de cuando hay una deuda demostrada y concreta, sino de cuando, según ellos, existe alguna sospecha y la solución es bloquear todas las finanzas del contribuyente hasta llegar a asfixiarlo, matando, a menudo, la gallina de los huevos de oro. Años y años con cuentas y bienes embargados… Y no pasa nada.
Acabamos siendo esclavos de Hacienda, y al igual que ocurría en la Edad Media, no solo esquilman nuestras cosechas, sino que podemos acabar en la cárcel con mucha facilidad.
Ramón Cerdá
La perversión de Hacienda was last modified: marzo 14th, 2016 by Ramón Cerdá