Revista Música

La pesadilla de Sinde (Astrud & Col·lectiu Brossa - Paliza)

Publicado el 14 febrero 2011 por Vanvic68 @vanvic68
LXXXII"Luego, una patada en medio del pecho hizo que tuviera que afrontar los hechos"
La pesadilla de Sinde (Astrud & Col·lectiu Brossa - Paliza)PALIZAAstrud i Col·lectiu BrossaLo NuevoElefant Records2010
Durante los días en que Álex de la Iglesia recibía las indirectas de los políticos de turno y los "tirones de orejas" de parte de los miembros de su Academia por sus manifestaciones y su posterior firme toma de postura sobre la llamada "ley Sinde", no dejaba de pensar en su figura como en la de un muñeco de pim-pam-pum, espectador impertérrito de las bofetadas que le venían desde los lugares más insospechados. Álex se había propuesto entonar su propia balada triste en un ejercicio de inmolación que pudo haber llegado a provocar efectos dramáticos para su persona. Como él mismo reconoció, cometió el error de no jugar a ser el presidente de la Academia, un error que se me antoja que volvería a cometer, porque sus acciones ya han hablado del tipo de ser humano que es Álex: una persona que busca, que se arriesga, que busca puentes, que no teme al vacío (ese al que asoman los protagonistas en el desenlace de sus películas más exitosas). Como no podía ser de otro modo, Álex fue Álex antes que presidente. Y eso es imperdonable.
El cineasta debía haberse callado, debía haber aceptado la versión oficial y haberse sumado a la cansina reivindicación de sus colegas, a la demanda de que el gobierno salga en su ayuda para mantener una estructura industrial que ya no se sostiene. En lugar de eso, el director se cuestionó, preguntó, habló, reformuló, argumentó, comunicó y debatió. Benditos verbos tan poco valorados hoy en día. En definitiva, hizo un ejercicio de imaginación. Imaginó cómo podía ser ese futuro ideal en el que todas las partes implicadas en el conflicto encontraban esos puntos de contacto y trazaban el camino para andar juntos hacía una solución consensuada y de futuro. Álex escribió el guión y dirigió su película, porque no puede evitar ser un creador, como él dijo anoche, de sueños. Un sueño le atrapó y de él le despertaron con una paliza.
La canción de Astrud, versionada ahora junto con el Col·lectiu Brossa, era mi elegida para denunciar esa campaña ruín orquestada contra el disidente, contra el crítico, contra el que no traga porque sí. Pero la tortilla ha dado la vuelta. Con su discurso en la gala de los Goya 2011, el señor Álex de la Iglesia se ha sacudido el polvo y se ha levantado para devolver a ese establishment progresista de guardarropía los golpes que éste le había propinado días atrás, eso sí, esta vez con clase y, sobre todo con inteligencia. Con la inteligencia del que sabe usar la palabra para convencer, y no para atacar, con la lucidez del visionario que sabe leer el signo de los tiempos y con la honestidad del que dice lo que piensa sin miedo a la crítica.
Álex ha hecho él solito mucho más por la defensa de una industria y una profesión que toda la Academia junta.  Profesión que la señora ministra Ángeles González-Sinde comparte (?) con él y que ésta se ha encargado de desprestigiarla un poco más, si cabe. Escuchando de nuevo la letra de la canción me parece estar viendo a la ministra retorciéndose de dolor en su butaca ante las patadas, puñetazos y cargas de profundidad que el discurso de su todavía presidente le endosaba en su mismísima línea de flotación. Si a eso le sumamos el sonoro griterío que le dio la bienvenida a la Plaza de Oriente, no hace falta ser Umberto Eco para descifrar el significado tras la mueca de sonrisa fingida que quedó plasmada en su cara: un triste fotograma que el tiempo etiquetará como la representación más notoria de la derrota.
Enlaces/Links:Página web de Astrud: www.astrud.comPágina web del Col·lectiu Brossa: www.brossaquartet.com

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