Por Hugo Presman para La Tecl@ EñeEstos dos criminales financieros mandaron el preámbulo de la ley de presupuesto para escribir un conjunto de deseos económicos que ni ellos se creen. Saben que el mercado está en crash y que, por su política, el país va al desastre. No podrán frenar ni la depreciación del peso,… pic.twitter.com/K3ilACC8c8
— Carlos Maslatón (@CarlosMaslaton) July 4, 2024
Como decía Carlos Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”: “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». Javier Milei, que nació en la Argentina, admira a Margaret Thatcher, alinea a la Argentina en forma incondicional con los EE. UU. y alguna vez dijo que “había que irse de este país de mierda”.
Milei es la suma de 1955, 1966,1976, Menem y Macri. Prolongados en estos tiempos disparatados donde, por ejemplo, los senadores de Santa Cruz Natalia Gadano y José María Carambia, que no dieron quorum, luego votaron contra la ley Bases en general, pero cuando había que votar las facultades delegadas, las que cierran las puertas del neuropsiquiátrico impidiéndonos salir, se ausentaron. La votación dio empate y definió la defensora de los genocidas Victoria Villarruel. Es el punto nodal en lo político que deja el país en manos de una persona con evidentes desequilibrios y que con toda seguridad los 142 diputados y los 35 senadores que se la concedieron no dejarían sus hijos a su cuidado. A ellos, lógicamente, y como corresponde, los cuidan. Al país lo dejan desamparado. Y digo con evidentes desequilibrios porque eso puede ser apreciado en casi todos sus comportamientos. En su desmesura, en su egolatría, en su desubicación permanente, en las groseras descalificaciones hacia quienes lo critican, en su retahíla de adjetivaciones pirotécnicas, en sus obsesiones de metáforas sexuales; en sus peleas personales, inconvenientes y perjudiciales para el país, pero beneficiosas para su trascendencia personal, con China, Rusia, España, Brasil, Colombia, Chile y 19 países árabes. No es un diagnóstico médico, porque no lo soy, pero no necesito ir a un veterinario para que certifique qué es un perro, un animal de cuatro patas, que mueve la cola y que ladra.
Confían que los pretendidos límites que le impusieron a Javier Gerardo Milei y sus funcionarios serán respetados.
El economista checo Jimi Schwarz entregando
un premio no reconocido por el Instituto Liberal de Praga
a Javier Milei.
Nada es increíble en el mundo libertariano. Denunciar sin la mínima prueba porque no la hay, así se pronunció la jueza Servini, que un vendedor de choripanes, una vendedora de empanadas, un ajedrecista, una empresaria de viandas gastronómica, detenida cuando filmaba, estudiantes de la Universidad de San Martin, y algunos más, perpetraron un golpe de Estado en una manifestación pacífica donde la policía o servicios de inteligencia infiltraron a un grupito para que dieran vuelta y quemaran un auto, los que fueron filmados y se retiraron con la patente dada vuelta sin que los detuvieran. Es la sociedad que se diseña: los inocentes a las cárceles durante una semana con vejámenes y malos tratos, y los verdaderos delincuentes libres. Amedrentamiento para disuadir manifestaciones por el terror que infunden y no como ahora por un despliegue de fuerzas de seguridad imponentes y la represión discrecional. Todo ello en nombre de la libertad. Es que como recogió el dirigente sindical y periodista Carlos Girotti de un entrevistado: “Libertario es aquél que convierte a la libertad en su víctima, el que la mata.”
¿Qué se puede esperar de un gobierno que amputa la mayoría de los derechos, que no envía comida a los comedores, que no reparte remedios a enfermos graves, que va contra la protección estatal a los discapacitados; ¿que celebra, como si fuera una fiesta, los despidos; que en cada acto de gobierno consuma una injusticia? La acción sistemática va desde el desfinanciamiento a las orquestas de la Matanza y a las bibliotecas populares, a que la vicepresidenta de la Nación, desde el Senado, como se hacía todos los años, no financie los pasajes a seis estudiantes y dos profesores a las olimpiadas de matemáticas en Londres. En su propio discurso ¿dónde queda la meritocracia? No es una mentira más, este gobierno es una mentira superlativa. Que va contra el cine y el teatro, contra las librerías, que suspende la entrega de computadoras en las escuelas, que subvenciona a las privadas y desfinancia a las públicas. Modifica la frase atribuida a Joseph Goebbels que dice: “Cuando oigo la palabra ‘cultura’ saco el revólver”, por “Cuando oigo la palabra cultura la desfinancio o la vacío, o ambas cosas a la vez”. Todas las extravagancias y dislates atraen la atención mundial, que en el mundo particular en que vive el presidente, lo traduce: “No hay país en el mundo donde no nos reconozcan nuestra tarea titánica de bajar la inflación, del ajuste fiscal que estamos haciendo… En el exterior, lejos de cuestionarnos la política social, la ponderan…” Como sintetizó el escritor y periodista Jorge Asís: “Como Fenómeno una maravilla, como presidente un desastre”.
El presidente, que vive permanentemente atemorizado por la posibilidad de un atentado por lo cual usa chaleco antibalas, y para disimular usa su conocida campera negra con temperaturas elevadas, sostiene: “Me van a tener que sacar muerto de la rosada para lograr quebrar el déficit fiscal”. Como siempre, confunde el medio con el fin. El superávit fiscal puede ser un medio de política económica, nunca un fin en sí mismo. Nadie en ningún lugar del mundo dio la vida por el superávit fiscal. Es como si el sargento Cabral, al perder la vida para salvar la de San Martin, exclamara: “Muero contento, tendremos superávit fiscal.” La vida o la muerte de San Martín era lo secundario. O el propio San Martín cruzando la cordillera con el objetivo que todas las armas estuvieran impecables cuando concluyeran las batallas de Chacabuco y Maipú. O un médico cirujano cuyo objetivo no fuera hacer la operación y salvar al paciente, sino que el bisturí no sufra ningún deterioro. Uno no se lo imagina a Sarmiento diciendo: “Me van a sacar muerto de la casa de gobierno si quieren cambiar la pintura rosada que la caracteriza y que fue una de mis geniales ideas”.
Todo esto lo saben los senadores y diputados cómplices a los que la historia no absolverá.
A los que todavía creen en la palabra y en los proyectos aprobados de un gobierno cuyo presidente dijo en Olivos, después de la aprobación de la ley Bases en el Senado, según la crónica del periodista Marcelo Bonelli en Clarín del 14 de junio: “Los tengo agarrados de los huevos”.
Para ellos, en este junio negro, les recuerdo el valor de la palabra en un antecedente lejano de los libertarianos, que previamente bombardearon Plaza de Mayo siendo oposición y que luego fueran los Libertadores de la Revolución Fusiladora, siendo gobierno.
La sublevación de los generales Juan José Valle y Raúl Tanco estaba infiltrada por los servicios que conocían día, hora y lugar del levantamiento. Podían haberlos detenido y evitar derramamientos de sangre. Pero, había que dar un escarmiento y no ahorrar crueldad y escarmiento. Parecido, en otro contexto, a lo de Patricia Bullrich ahora. Eso sucedió del 9 al 12 de junio de 1956. Se fusiló en los basurales de José León Suarez a civiles, a militares en las guarniciones y ante ese panorama Valle ofreció entregarse para que cesara la matanza. Cuenta Daniel Cecchini: “El jefe de los insurrectos no estaba dispuesto a huir porque, como él mismo le dijo a ese amigo, si lo hacía “jamás podría mirar con honor a la cara a las madres y esposas de los asesinados. Una de las versiones más firmes asegura que Manrique y el militar amigo de Valle fueron a ver a Isaac Rojas y le plantearon la posibilidad de que Valle se entregara a cambio de que cesaran los fusilamientos. Siempre según este relato, Rojas aceptó sin consultar con Aramburu y entonces, desde la casa misma de Rojas, el militar amigo de Valle lo llamó por teléfono para darle la noticia… “Bajo mi responsabilidad, que se entregue. Su vida no correrá peligro ninguno”, le había mandado a decir Rojas, pero no había cumplido. Tampoco cumplía el dictador Pedro Eugenio Aramburu la promesa, hecha ese mismo día, de que ya no se fusilaría a los insurrectos. Lo que sí está comprobado sin ninguna duda es que a las 4 de la madrugada del martes 12 de junio Manrique se presentó en el departamento donde Valle estaba refugiado y éste se entregó. Desde allí fue trasladado al Regimiento 1 del Ejército, en Palermo, donde se lo sometió a un juicio sumario y, contra la promesa de Rojas, se lo condenó a muerte. La pena debía ser aplicada esa misma noche en la Penitenciaría Nacional – donde actualmente está el Parque Las Heras, en Palermo -, a la que el condenado fue trasladado a mediodía… Hace 68 años, el martes 12 de junio de 1956 a las 22.20, el general Juan José Valle fue ajusticiado en la penitenciaría Nacional”,
A su vez el general Tanco, refugiado en la embajada de Haití, no fue impedimento para que los republicanos y libertadores entraran y lo secuestraran. La intervención de la Embajada Norteamericana evitó que corriera la misma suerte que Valle.
El político a quien Arturo Jauretche llamaba Norteamericano Ghioldi, en aquel junio tan inclemente y cruel como el actual, afirmó: “Se acabó la leche de la clemencia”.
Sería bueno que los diputados y senadores recuerden este hecho de hace 68 años y el valor de la palabra de libertadores y libertarianos. Parece un deseo inútil. No toman en cuenta, transitando el mismo tiempo histórico, la claridad de los objetivos dinamitadores de Milei. De sus desvaríos inconcebibles como admirar a Al Capone, y considerar un burócrata que impedía el libre accionar de las fuerzas de mercado a Eliot Ness. De considerar al Estado una organización criminal y a la justicia social una aberración. De apoyar a los monopolios a sostener que los impuestos son un robo. Un discurso semejante tiene como correlato un seleccionado de funcionarios que hacen terraplanismo económico, social, educacional y científico. ¿Cómo mantener la mesura en el neuropsiquiátrico? De alguien que quiere declarar delito de lesa humanidad a la emisión monetaria, considerándolo equivalente al Holocausto, al genocidio armenio, y a otras atrocidades contra el género humano, en otra demostración de su formación precaria que desconoce a qué se aplica esa caracterización, al tiempo que, según Carlos Rodríguez, un economista que admiraba hasta que lo criticó, escribió en X:»Mejor que se deje de fanfarronear y decir pavadas. En 30 días (del 7 de mayo al 7 de junio) la Base Monetaria, o sea El Dinero, creció (se emitió) un 31,7 por ciento. Eso es equivalente a una tasa anualizada de emisión de dinero de alto poder de 2.634 por ciento.”Es el mismo que afirma que “es el máximo referente de la libertad en el mundo” y en Praga sostuvo: “Con mi jefe de asesores Demian Reidel, estamos reescribiendo gran parte de la teoría económica para poder derivar optimalidad de Pareto, tanto estática como intertemporal, teniendo funciones de producción no convexas. Si nos termina de salir bien, probablemente me den el Nobel de Economía junto a Demian (…) porque corregiría este problema, desaparecería el conflicto entre la fábrica de alfileres y la mano invisible”.
En el escenario político se despliega el drama de la resistencia al avance colonial y la carencia de representación política.
Si no se coordina la resistencia, si no se dejan de lado desacuerdos infantiles, Juan José Castelli nos gritará desde la eternidad su frase tan precisa como desconsoladora: “Si ves al futuro, dile que no venga”.
Buenos Aires, 4 de julio de 2024.
Hugo Presman - Periodista. Conductor del programa radial El Tren.