Lasse Hallström nos ha regalado a lo largo de su carrera películas entrañables, esta no es una de ellas pero se nota la intención.
Dejando a un lado la excusa del argumento, se disfruta sobretodo como no podía ser de otro modo con la interpretación y personaje de Kristin Scott Thomas.
Ewan McGregor es mi debilidad y está muy rubio y Emily Blunt merece una gran peli para ella sola...Ya llegará.