Revista Opinión

La piedra roja

Publicado el 25 mayo 2019 por Carlosgu82

El 27 de julio del año pasado el planeta Marte estuvo en oposición con la Tierra unas horas. Ya que se trataba de un evento astronómico que no sucedía hace más de una década, y debido al disfrute visual que prometía proporcionarle a los humanos, despertó curiosidad y alegría en millones.

Lo que se descubriría poco tiempo después, es que el planeta fue contactado por la prensa internacional para que diese su propia visión del fenómeno. Aquí se expone su declaración, a la que se consideró titularla para fomentar el atractivo de leerla.
La piedra roja
Hola. Soy Marte y este viernes voy a andar en la vuelta. Voy a ser como una lagaña roja molestando en el ojo de la Tierra, pero por un rato nomás. Entiendo si piensan poco relevante la noticia, a mí poco me importaría ver a un humano un poco más de cerca; y si encima quieren aconsejarme para sacarle más jugo al asunto, los mando a cagar: tengo cosas más interesantes que hacer. Me invitaron a exponer este testimonio y me sentí algo así como halagado, poco común es que nos inviten a exponer opiniones, y además tampoco es que hablen tanto de nosotros, los del sistema solar, salvo de Plutón, a él lo tienen de acá para allá con que es planeta y con que no.

La piedra roja

Hay algo que ustedes no saben, y es que nosotros, los planetas del sistema solar, nos comunicamos telepáticamente, tenemos en nuestros núcleos un cerebro espacial especial, por lo que nos conocemos muy bien. La luna de ustedes es la única luna que también tiene cerebro, pero no le funciona bien, es lo que se le puede llamar una retrasada. Júpiter es bastante soberbio, porque además de ser el más grande, es también el que tiene más lunas (o al menos eso es lo oficial al momento). Mercurio es tóxico, es complicado, pero si uno le encuentra la vuelta, puede entablar un vínculo sólido con él. Neptuno es puto. Saturno está siempre en la suya y sabe muchísimo de neurolingüística, es su área, como lo es para la Tierra el tener adentro de todo un poco. Es la envidia del barrio. Los demás somos yermos, estériles. El cerebro de la Tierra interactúa con sus seres vivos, y eso lo enriquece. Por eso ella pocas veces tiene tiempo para nosotros, pero se entiende, nadie se lo reprocha, a no ser por Mercurio, que como ya dije, es complicado. En fin, solo nos podemos comunicar entre nosotros. Hasta ahora no hemos logrado vincularnos con otros sistemas de la galaxia. El Sol es el que puede comunicarse con por lo menos mil sistemas más de distintas galaxias; está muy zarpado, y lo sabe. Se comunica poco con nosotros, pero bueno, el tipo está ocupado; sería como enojarse porque el presidente no te contesta las cartas. Yo me ilusioné cuando dijeron que en una de esas encontraban la posibilidad de sostener vida en mí. Pero luego cambiaron de tema, y ahora de vez en cuando lo dicen de vuelta; parece que el mandamás de Rusia anda con ganas de mandar una cuadrilla para explorarme el año que viene (yo a eso le llamo Guerra Fría Segunda parte). Yo ya no les creo. Aunque me gustaría que en el futuro ustedes pudieran armar colonias adentro mío. Con Urano tenemos a medio “escribir” una novela de pornografía sofisticada, se pone interesante; no sabemos cómo terminarla todavía.

La piedra roja

Y bueno, si el viernes a la hora de ustedes que dicen los diarios que pueden ver el suceso pelotudo ese no están haciendo nada, yo qué sé, comiendo, durmiendo, estudiando, trabajando, cogiendo; entonces los espero, van a ver cómo me chupa un huevo.


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