Como cualquier actividad artística la pintura es una de las mejores armas para ayudar al niño a expresarse y desarrollar su creatividad, además su facilidad permite que se pueda empezar a practicar desde que el niño es capaz de sujetar una pintura con la mano.
Pintar es una experiencia muy gratificante para los menores, es todo un descubrimiento para ellos el primer momento en el que son conscientes de que esa raya en el papel es obra suya, se establece de forma clara la relación acto-consecuencia y además de una forma divertida.
Por ello pintar se convierte en una de sus actividades favoritas desde que son pequeños.
Hasta los 4 años no suelen desarrollar ningún gusto especial o vocación por la pintura
Pese a que puedan hacer sus garabatos desde muy temprana edad no es hasta los 4 años cuando pueden empezar a desarrollar más en serio esa vocación. No es necesario que detectemos un gran potencial en nuestro hijo para incentivarlo a continuar. Como tal la pintura tiene grandes beneficios de los que todos los niños se deberían beneficiar, por ello es bueno poner a disposición del menor todos los medios para que esto sea así.
En primer lugar cuando pinta el niño se imbuye en un mundo imaginario pero con fuertes conexiones con la realidad, así puede expresar sus sentimientos y emociones más profundas en dos trazos lo que le ayudará a liberarse y sentirse mejor consigo mismo. Por otro lado es una fuente inagotable en la que desarrollar la creatividad, los niños delante de un papel en blanco se dejan llevar y pueden hacer aparecer fabulosas criaturas o paisajes, esta creatividad va a ser muy positiva en su desarrollo cognitivo ya que mediante la pintura organizan sus ideas y aprenden a buscar soluciones ante los problemas que en el transcurso de su creación les puedan surgir. Relacionado con esto está también la mejora en la capacidad de concentración, solo hay que ver la actitud de un niño cuando está pintando. Todas ellas son cuestiones que van a favorecer un mejor desarrollo del niño tanto a nivel cognitivo como psicológico y emocional.
El papel de los padres respecto la afición a la pintura de sus hijos
Los padres tienen un importante papel que cumplir en esta disciplina. Lo primero de todo es propiciar el ambiente para que el menor desarrolle su creatividad, una buena opción es comprar grandes rollos de papel para que el niño pueda pintar a su aire, sin preocuparnos por que toda la casa acabe decorada. Hay que facilitarles el acceso a diversos materiales, ceras, pintura de dedos, pinceles, esponjas... Cuantas más herramientas tengan a su alcance mayores cotas de desarrollo podrán alcanzar. Tampoco está de más practicar con el ejemplo, los niños son imitadores natos y si ven a sus padres con un pincel en la mano querrán hacer lo mismo. Y es muy importante no limitar su creatividad, una vaca puede ser blanca, rosa o verde, e igual de importante será alabar sus trabajos y motivarles a seguir adelante.
Además de todo esto, si queremos que esta afición se convierta en algo más serio o detectamos un verdadero artista en casa podemos inscribirle en algún curso específico y realizar actividades familiares relacionadas con el arte, como puede ser la visita a un museo.