"LA PIRÁMIDE": Crítica de cine en pocas palabras

A menudo, cuando veo una película, me da por pensar que el proceso de gestación de la misma, desde que la idea nace en la cabecita de alguien, hasta que llega a las salas de cine, debe ser una historia mucho más interesante que la película en sí misma.

En el caso de La Pirámide, yo me imagino que la cosa fue, más o menos, tal que así:

Nos encontramos en un pequeño apartamento de Manhattan; una pequeña mesa con restos de una cena a base de comida basura, gran cantidad de botellas vacías y elementos sospechosos, es el centro de una reunión de tres o cuatro amigos, que sueñan con ser guionistas de cine, puestos hasta las cejas de alcohol y sustancias psicotrópicas varias.

A altas horas de la madrugada, cuando están ya amuermados por los efectos del cocktail ingerido, de repente, uno de ellos se incorpora vigorosamente tras una revelación divina y con los ojos muy abiertos e inyectados en sangre exclama:

- ¡Tíos!¡Deberíamos hacer una peli de terror!

Ante este grito, sus compañeros despiertan de su letargo y comienza una tormenta de ideas sin parangón.

- Si, claro. Deberíamos hacer una peli de terror. ¡Que buena idea tío! Pero oye, no una película cualquiera. Tiene que ser la ostia de buena y dar un miedo que te cagas.

- Si, y tiene que ser muy original. Algo que no se haya visto antes.

- Oye, ¿y si hacemos una historia de un grupo de gente atrapada en algún sitio del que tengan que escapar?

- ¡Joder, tío, qué bueno! ¡Qué original! Seguro que eso no se ha visto nunca ¿Y dónde podrían estar encerrados?

- Pues no se... tiene que ser un sitio super original... Ummm, una cueva... un cubo... una casa... un museo... unas catacumbas... ¡Ya está! ¡Una pirámide!

- ¡Joder! Pero así la peña va a pensar que la peli va de momias tío, hay que buscar algo que sea la caña...

- ¡Buah! ¡Ya lo tengo! Que sea una pirámide rara, que solo tenga tres lados.

- ¡Joder, siiiiiiiii! Eso da mucho canguele, tíos... y así ahorramos costes porque hay que construir una pared menos. Pero oye, dentro de la pirámide tiene que haber algo que los haga acojonarse. Y no vamos a poner momias...

- ¡Joder, que ideón acabo de tener! A los egipcios les molaban mogollón los gatos ¿Y si ponemos gatos dentro de la pirámide?

- ¿Gatos? ¡Pero si los gatos no dan miedo!

- Nooo, pero serían gatos zombies, o momificados o algo...

- Ah, vale, si son gatos zombies si... haberlo dicho antes.

- Pero no pueden ser gatos solo, tiene que haber algo grande, grande... no sé... bueno. Ya pensaremos en algo. Oye, ¿y por qué los pavos estos entran en la pirámide rara esa de tres lados?

- ¡Joder, pareces tonto! ¡Son arqueólogos!

- Vale, pero ¿solo por eso?

- ¿Y si entra primero uno en plan explorador, se rompe algo y los demás tienen que ir a rescatarlo?

- Bahhh, tíos, que lo de rescatar gente está muy visto. Más originalidad, necesitamos más...

- ¡Ya lo tengo! Que manden a un robot y que les estropee dentro y tengan que ir a por él.

- Tu eres tonto. ¿Y van a arriesgar sus vidas por un robot?

- Es que resulta que es un robot que vale muchos millones y pertenece a la NASA.

- Ah, coño, entonces si. Y que entren todos y no se quede ninguno fuera. Y se me ocurre, que para hacerlo original del todo podemos hacer que uno de los protas lleve una cámara y lo vaya grabando todo, en vez de usar los sistemas de cámaras de siempre.

- ¡¡¡Buahhhhhh!!! ¡¡¡Tios, eso es lo más!!!

La siguiente escena sería con los "guionistas" llamando a la puerta del productor que, casualmente, vive en el apartamento del piso inferior. La puerta se abre y una gran bocanada de humo sale de ella (esta escena tendrá un gran homenaje en la película en el momento en que los protagonistas abren la entrada a la pirámide). Entre el humo, aparece el vecino productor. Los guionistas le explican a grandes rasgos sus ideas y le pasan un borrador del guión que han escrito en tres servilletas manchadas de doritos.

- ¡Joder, tios! ¡Esta mierda es realmente buena! Y no me refiero a la que estoy fumando. Creo que tenemos entre manos un películón. Solo una cosa, como andamos mal de pasta por la crisis y tal, para el malo del final vamos a pasar de usar tecnología digital. Uno de vosotros que se baje al chino de la esquina y se compre una máscara de perro. Venga, que lo vamos a petar. ¡¡¡De aquí a los Oscar.!!!

- ¿Qué dices Oscar? ¡¡¡A los Blogos de Oro!!!

Lo mejor: Poder escribir esta crítica. Utilizar ciertas ideas de la mitología egipcia me ha gustado. Al menos, no es del todo aburrida.

Lo peor: Bueno... ¿por dónde empezar? Su falta de originalidad, el guión, la fotografía...

Nota: 3/10