Revista Psicología

La piscina de cocodrilos

Por Paulo Mesa @paucemeher
La piscina de cocodrilos

Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones y en determinado momento pide que la música pare y dice mirando hacia la piscina donde cría cocodrilos australianos:

- Quien se tire a la piscina, consiga atravesarla y salga vivo del otro lado ganará mis autos, mis aviones y mis mansiones.

En ese momento, alguien salta a la piscina...

La escena es impresionante. Lucha intensa, el intrépido se defiende como puede, sostiene la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles.

Mucha violencia y emoción. ¡Parecía una película de Cocodrilo Dundee!

Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre, lleno de arañones, moretones, hematomas y casi desnudo.

El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:

- ¿Dónde quiere que le entregue los autos y los aviones?

- Gracias, pero no quiero sus autos ni sus aviones.

- ¿Y las mansiones?

- Tengo una hermosa casa, no preciso de las suyas.

- Puede quedarse con ellas.

- No quiero nada que sea suyo.

Impresionado, el millonario pregunta:

- Pero si usted no quiere nada de lo que ofrecí, entonces ¿Qué quiere?

Y el hombre responde irritado:

- ¡Encontrar al hijo de puta que me empujó a la piscina!

Moraleja

Somos capaces de realizar muchas cosas que a veces no nos creemos capaces. Solo necesitamos un empujoncito.

En ciertos casos, un hijo de puta es necesario en nuestras vidas.

¿Se te ocurre alguna otra idea?

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