La plata es comúnmente llamada “el oro del pobre”. Menos costosa que el oro, es más asequible al gran público. Las monedas de plata al haber circulado más al seno de la población que las monedas de oro, son más reconocibles e inspiran confianza. Es la “moneda del pueblo”.
La plata está más bien dirigida a los pequeños presupuestos, y el oro a las grandes fortunas que transforman su patrimonio en cantidad inferior pero en valor más elevado. Es más sencillo custodiar 1 kilo de oro que 70 kilos de plata. Para un pequeño patrimonio que ahorra un poco de plata, la cuestión de la custodia no se presenta.
Históricamente, la media observada del ratio oro/plata era de 12 onzas de plata (372 gramos) por 1 onza de oro (31 gramos), lo que significa que uno podía comprar una cantidad de oro con 12 cantidades de plata. Antes de su desmonetización en 1873, una onza de oro se cambiaba por 16 onzas de plata. Entre más bajo sea este ratio, más se aproxima el valor de la plata al del oro.
Desde el inicio del 2015, el ratio oro/plata oscila entre 70 y 75, por ello hoy en día podemos comprar una onza de oro con aproximadamente 70 onzas de plata (2,17kg).
Con un precio muy por debajo del oro, la demanda de monedas de plata no cesa.
Liquidez
El hecho que la plata sea más barata que el oro la hace extremadamente líquida, la plata circula y se intercambia fácilmente. Una moneda de plata permite comprar bienes de consumo comunes y corrientes, más fácilmente que el oro. El poder de adquisición del oro con respecto a la moneda papel es muy importante. Incluso las monedas de oro pequeñas tienen mucho valor como para comprar por ejemplo los alimentos básicos diarios, mientras que la plata es más divisible. Se adapta a las pequeñas compras y puede complementar al oro como moneda.
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