Revista Viajes

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Por Ninosenmochila @ninosenmochila

Uno de los lugares que más me impresionó de nuestras vacaciones del pasado año fue, sin lugar a dudas, la famosa Playa de las Catedrales. Nuestro amigo T. había planeado una fantástica jornada en la que nos acercaríamos a la localidad de Ribadeo para ver esta preciosa playa, declarada Monumento Natural, en sus dos versiones: con bajamar y con pleamar.
Nos levantamos temprano para desayunar, preparar todas las cosas para ir a la playa y llegar con tiempo suficiente para pillar la playa en marea baja y así poder disfrutar de un bonito paseo por la arena. Hay que tener en cuenta que la playa está a casi dos horas de Lugo

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

La playa en bajamar es de arena fina y tiene balsas con agua salada


En la zona donde se encuentra la playa hay unas explanadas para aparcar coches y autobuses además de algunas mesas donde tomarse el picnic. Cuando llegamos ya había bastante gente pero pudimos aparcar sin problemas. Bajamos todos, nos pusimos cremita y nos dirigimos al acceso por el cual se baja a la playa. 

"La playa de las Catedrales está situada a escasos km de Ribadeo. Durante todo el año, son miles los visitantes los que se acercan a esta playa a contemplar el hermoso trabajo que han realizado el viento, mar y tiempo.

¿Por qué Las Catedrales? Pues porque las bóvedas, arcos, las galerías, las cavernas que el agua y el viento han esculpido en las rocas nos lo recuerdan, pero además los murmullos y los silbidos del viento al filtrarse entre los huecos y las chimeneas suenan como las notas de un órgano. (...)

Bajando las escalinatas de acceso al arenal, observamos que estamos en otro sitio mágico de Galicia. Las primeras e imponentes rocas desafían a la gravedad. Lo mejor está detrás de esos primeros acantilados. Las rocas de los siguientes acantilados de pizarra han sido erosionadas por el mar y el viento formando impresionantes grutas que pueden ser exploradas disfrutando en cada momento de lugares únicos. Pequeños lagos, cuevas de todos los tamaños modeladas por esa fuerza del mar, pasadizos e impresionantes arcos, harán las delicias visuales de cualquier visitante.

Vía: http://turismogalicia.blogspot.com.es"

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Hay que llevar calzado atado y que se pueda mojar


Se puede acceder a la arena a través de una escalinata siempre que haya marea baja. En la parte de arriba del acantilado, junto a las escaleras hay un socorrista controlando la playa y el acceso de la gente que se comunica con otros socorristas que están en la arena vigilando la subida de la marea y a los bañistas.
Cuando llegamos la marea estaba muy baja lo que nos permitió dar un largo paseo por la playa y explorar las grutas, rocas y laguitos que había por todas partes. Era un espectáculo precioso. Nos acercamos a la orilla para probar las aguas del Cantábrico pero he de reconocer que con mojarme los pies me bastó. ¡¡¡Que fría!!! Fue muy gracioso ver a los peques cuando una fresquita ola les mojó la barriga y salieron corriendo con cara de ¡Aaaaaaaaaa!

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

No había mucha gente bañándose. El Mar Cantábrico está muy fresquito.


Pero vamos, mojarse se mojaron de lo lindo. Las pequeñas lagunas saladas que había por todos lados estaban más calentitas, así que Marco se pasó la mañana entrando en todas y cada una de ellas.

Consejo: Si queréis disfrutar bien de la zona tenéis que llevar sandalias que se puedan mojar pero atadas. Tened en cuenta que hay que subir por rocas muy erosionadas por el agua y que pinchan, además de que los resbalones son algo frecuente. Más vale prevenir...

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Marco no quería salir de las balsas


Consejo: Antes de ir comprobad las mareas. El mar sube y baja dos veces al día y su horario cambia durante las distintas épocas del año. Así que si queréis ver la bajamar y la pleamar es mejor que veáis a que horas va a ser. Podéis consultarlo aquí.

Disfrutamos muchísimo mojándonos en las balsas, entrando en grutas y cavernas y admirando la belleza de la naturaleza en todo su esplendor. De echo según Marco fue de las cosas que más le gustó ver durante las vacaciones.

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Encontramos montones de percebes, mejillones, lapas y caracolas por todas partes


Teníamos una reserva para comer en Rinlo, un pequeño pueblo ballenero de la zona, y cómo era ya la hora comenzamos nuestro camino de vuelta a la escalinata. La marea estaba comenzando a subir, se notaba que el mar se había comido ya parte de la arena. Unos socorristas iban cerrando zonas de la playa para que la gente se fuera retirando poco a poco. Ponían discos de prohibido pasar donde el agua estaba ya cubriéndolo todo y podía volverse peligrosa para el paseo o el baño. Es una idea que me pareció muy acertada ya que siempre puede haber turistas que se despisten y queden atrapados por el agua en pocos minutos. De echo T. nos comentó que han tenido que rescatar a gente en más de una ocasión con el peligro que conlleva para ellos y para los que han de arriesgar su vida para sacarlos de allí. Así que...

Por favor, hagamos caso de las advertencias y normas de seguridad. Son por nuestro propio bien. 

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Hay muchas grutas y cavernas por las que explorar

En la parte de arriba de las escaleras hay unos baños y unos grifos donde podemos enjuagarnos los pies para quitarnos la arena. Además de algunos miradores desde donde observar la playa. Recordad que es una zona de acantilados así que mucha precaución, sobretodo con los peques, si os acercáis a alguno de los bordes dónde no hay muro. Podemos resbalar y caer desde más de treinta metros de altura.

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Con la bajamar y la gente paseando por la arena... (y ya había comenzado a subir la marea)

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Con la pleamar y la gente mirando desde el acantilado


Marchamos a comer a Rinlo y tras una espectacular paella de bogavante y un paseo para bajar la comida volvimos a la zona para observar la fuerza de la naturaleza en todo su esplendor. Al llegar allí la vista me sobrecogió. En unas pocas horas la playa había desaparecido por completo. No había ni rastro de arena. El mar golpeaba con furia las enormes rocas de las que solo se veía la parte superior. Es un espectáculo asombroso.
Por cierto que en plena marea alta vimos a un socorrista en el agua entrenando. Era increíble verle nadando con las olas golpeando fuertemente las rocas. A mi me impresionó muchísimo. 

Ese día hacía un sol radiante y el mar estaba relativamente calmado. T. y M. nos comentaron que acercarse a la Playa de las Catedrales en pleno invierno un día de mala mar proporciona un espectáculo realmente estremecedor. Yo me he quedado con las ganas de verla en esa época del año. Habrá que volver en invierno para comprobarlo ¿no creéis? 

La Playa de las Catedrales en Ribadeo (Lugo)

Os dejo otra foto de la pleamar. ¿A que impresiona?


Si queréis ver más fotos os las he dejado aquí.


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