La playa de Rebeca, de Víctor José Maicas Safont

" Rebeca me enseñó que la vida debe ser vivida intensamente, sin amedrentarnos por un simple problema sin importancia, sin obsesionarnos en cosas y situaciones que no merecen la consideración que muchas veces le damos".

  La playa de Rebeca, de Víctor José Maicas Safont (Éride Ediciones), llegó a mis manos previo ofrecimiento de su autor. Esta pequeña novela de 157 páginas cuenta la historia de Juan, que decide pasar unos días de vacaciones en un pueblo del norte de España. Quiere reflexionar sobre el sentido de su vida, pensar y pasar unos días en soledad.
Juan acostumbra a pasear por la playa al caer la tarde y en uno de sus paseos conoce a Rebeca, una misteriosa chica con la que empieza a conversar, entablando rápidamente  amistad con ella, conviertiéndose en habituales sus citas al atardecer en la playa, hasta tal punto que surge la química entre ellos y Juan se siente atraído por Rebeca.  Sin embargo, en una visita de Juan al bar del pueblo, le comentan que es la primera vez que ven a Rebeca sola, que siempre veranea en el pueblo acompañada de su hijo y de su marido. Es entonces cuando Armando, un joven en paro que huye de los sermones de su padre, se ofrece a ayudar al protagonista para investigar la verdadera historia de Rebeca.
Nos encontramos ante dos historias que van sucediéndose en paralelo: por un lado, la evolución de la relación de amistad que surge entre Juan y Rebeca, que día a día se encuentran en la playa, haciendo Juan partícipe a Rebeca de la realidad los diversos países y culturas lejanas que Juan ha visitado en sus diversos viajes. Por otro lado, tiene lugar la investigación llevada a cabo por Juan y Armando, con el objetico de saber toda la verdad sobre Rebeca.
Ambas historias se van intercalando hasta que desembocan en el final. Los capítulos en los que tiene lugar las charlas entre los protagonistas llevan al lector a conocer numerosos países de una forma muy realista. Sin embargo, esta parte del libro no me ha terminado de convencer, en primer lugar porque la química entre los protagonistas surge, en mi humilde opinión, demasiado pronto, sin que los conozcamos todavía lo suficiente como para empatizar o creernos la chispa que surge entre ellos, especialmente cuando se trata de una relación profunda que va más allá de la simple atracción.

Playa al atardecer.

En segundo lugar, da la sensación de que el autor, que ha viajado por diferentes puntos del planeta, quiere hablar por boca de Juan, utilizándolo para ofrecer su punto de vista sobre la economía, política, religión, cultura e ideologías imperantes en los lugares que ha visitado, puesto que el protagonista no se limita a comentarlas, sino que toma posición y opina sobre muchas de ellas. No en vano, Rebeca le dice: "...¿No te has dedicado nunca a la política? Ha habido un momento en el que pensé que estabas en un mitín y con público a tu alrededor jaleándote" (pág.100). Esto ha hecho que algunos capítulos se me hayan hecho, sin serlo, más largos y algo pesados.

El autor.

Por otra parte, los capítulos dedicados a la investigación de Juan y Armando sobre el pasado de Rebeca me han gustado bastante, están escritos con un estilo ágil y sencillo, con la presencia de diálogos y toques de humor que me han entretenido y me han hecho disfrutar más de esa parte, especialmente por el peculiar personaje de Armando, que está muy bien construido.
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*Gracias a la editorial y al autor por el ejemplar.