La playa de Gulpiyuri, que se encuentra entre Llanes y Ribadesella, es considerada la playa más pequeña del mundo. ¿Cómo es posible que este pequeño oasis no se encuentre de cara a la costa?
Esta pequeña playa de 50 metros de costa, situada entre verdes prados agrícolas, es considerada por los habitantes de Nave y sus alrededores como un tesoro escondido para disfrutar del verano. Declarada Monumento Natural, aún es posible, en temporada baja, deleitarse con sus finas arenas prácticamente en soledad como se muestra en la fotografía de Arturo.
La erosión de la roca caliza que conforma el acantilado permitió que el agua de la costa pase a través de sus cavidades formando una cueva cuyo fondo se hundió dejando un pequeño hueco circular, conectado con la costa que lo cubre de agua de mar. El resultado es un pequeño oasis natural que deleita tanto a los habitantes como a los turistas que llegan a disfrutar la calidez de sus aguas.
La escasa profundidad de la playa permite remojarse tumbado, como se puede apreciar en la imagen de blablabla arbliblibli debajo, pero al estar rodeada de montañas está bien protegida del viento y conforma un escenario único para descansar y disfrutar del paisaje. Algunos incluso se animan a caminar sobre su pequeña montaña y escuchar a los “bufones”, los destellos de agua que escupe la tierra durante la marea brava.
¿Cómo llegar a la pequeña playa de Gulpiyuri?
Existen dos maneras de llegar, una es desde la localidad de Naves que se encuentra a pocos kilómetros. Conduciendo por la autovía de Cantábrico en dirección a Oviedo, la playa se encuentra apenas diez kilómetros después de pasar Llanes. Una vez llegado a destino se debe dejar el auto aparcado y el resto del camino se realiza a pie, ya que se encuentra prohibido acceder a la playa en coche. La segunda manera de llegar es caminando desde la Playa de Antolín que se encuentra muy cerca de allí.