Todo el que visita Roma tiene la aspiración de sentarse. No en cualquier sitio ni por cansancio, sino por mezclarse entre la muchedumbre de todos aquellos que hacen lo mismo en la escalinata de la Plaza de España. En efecto, la Plaza de España de Roma es uno de sus sitios más emblemáticos y transitados.
La Plaza de España está en el centro de Roma, un lugar de paso tanto para turistas como para los habitantes de la ciudad. Su nombre se debe a que la embajada española, la primera de la ciudad, se ubica desde el siglo XVII ante la Santa Sede en esta plaza.
La mencionada Santa Sede es tan sólo uno de los puntos de interés de la Plaza de España. Al final de la famosa escalinata encontramos, por ejemplo, la iglesia de Trinità dei Monti y al principio, en la plaza, la Fontana della Barcaccia. Esta fuente, tal y como su propio nombre indica, tiene forma de barca, data de 1627 y lleva la firma de Pietro Bernini. Es por eso que está decorada con los símbolos de la familia: soles y abejas.
Y llega el momento de hablar del elementos más característico de la Plaza de España: la escalinata. Con sus 135 peldaños, tenía el fin de comunicar la plaza con la ya mencionada iglesia de Trinità dei Monti. Fue inaugurada por el Papa Benedicto XIII en 1725 y desde entonces es el lugar más característico de la plaza. Decenas de turistas se amontonan sentados en sus escaleras, es inevitable reposar durante unos minutos y observar desde los escalones el ambiente de la plaza.
Pero sentarse en la escalinata de la Plaza de España de Roma no lo es todo. Si estás interesado en visitar a fondo la ciudad y alquilar un coche para ver los alrededores puedes hacerlo aquí.
Fotografía – Wikipedia
Articulo publicado en el Blog viajero de ReservasdeCoches.com