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LA PLUMA DE LOS DIOSES (CAPÍTULO 1)
Me desperté como cualquier día en mi dormitorio del orfanato, era lunes y tenía que asistir a la escuela. Observe el reloj y eran las 7:00am, en una hora tendría que tomar el autobús. Me dirigí a la ducha, el suelo estaba frio al contacto con mis pies desnudos, pero aun así seguí hasta entrar al baño y abrir el grifo que llenaba la tina, me retire mi ropa e ingrese en la tina con una velocidad lenta mientras mi cuerpo se acostumbraba a la temperatura del agua. Después de diez minutos, tome una toalla y me seque mi cuerpo por completo, salí del baño, abrí mi armario y tome unos vaqueros con una camiseta naranja y unos tenis de color negro con naranja. Me vestí y aliste mi mochila con mis cuadernos, celular y útiles, y me dirigí a la sala del orfanato a esperar a Jen.
Por cierto, mi nombre es Terrence pero todos me dicen Terry desde segundo grado, vivo en el orfanato desde hace dos años, mis padres murieron en un accidente automovilístico... bueno eso me dicen, yo no sé si es verdad. Nunca tuve una depresión o trauma por el fallecimiento de mis padres, de hecho me lo tome de una forma un poco antinatural. Estaba en el colegio cuando esto sucedió, me encontraba en clase de historia cuando el coordinador me llevo a su oficina, me contó lo sucedido y yo (como cualquier niño normal) lloré, pero fue durante unas horas del día y ahora que lo recuerdo ni siquiera se me hacen nudos en la garganta, simplemente recuerdo a mis padres antes del accidente y luego viene a mí una imagen de dos cajones los cuales están enterrados bajo tierra y en descomposición.
Jen es mi mejor amiga en el orfanato, casi nunca me habla de su vida antes de llegar hace una año, siempre es un poco fría pero creo que es porque aún no se acostumbra a los demás chicos y siente timidez al expresarse. No sé cómo serían sus padres ni ella antes de lo que fuera que les pasara, no tiene fotos de ellos ni mucho menos de algunas de sus amigas o compañeras de su anterior colegio.Vi el autobús pasar por una de las ventanas de la sala, me levante y me dirigí a la puerta pero Jen no había llegado. Subí y tome un puesto al lado de la ventana, esperando a que Jen saliera de la puerta. El autobús comenzó su marcha y perdí de vista las puertas del orfanato. Tal vez estuviera enferma, pensé. O simplemente no quiere ir, me dije a mis interiores.
Llegue al colegio, empezaba a llover así que me dirigí corriendo a las instalaciones del colegio. Saque los libros de la primera hora de mi casillero y camine hasta el salón 414 en el que tenía Matemáticas con el profesor Fitz Gerald, después de la clase salí de nuevo hacia mi casillero y me encontré con Jen, pensé en ir y hablar con ella pero parecía deprimida y triste, así que solo tome otros libros, guarde los otros y volví a clase.
Después de terminar mi segunda hora de clase, me dirigí al comedor para recibir mi almuerzo, el menú del día era puré de papas y chuleta de cerdo. Trate de terminarlo lo más rápido para ir a buscar a Jen, seguía sin entender porque no le había hablado en el pasillo. Salí del comedor y la encontré en el mismo lugar en el que había estado hace hora y media pero esta vez desprendía de su cuerpo un aura oscura y malévola, y a su alrededor se encontraban plumas de color blanco. Todos parecían ignorarla y pasaban al lado de ella como si nada sucediera. Me acerque un poco más y volvieron a mi esa sensación de mejor seguir por otro camino pero esta vez luche contra ellas y llegue a sentarme junto a su lado. Cuando me decidí a hablarle se blanqueó mi vista y llego a mi mente un recuerdo pero sabía que ni era mío. Estaba Jen de pequeña con lo que parecían sus padres, sabía que era Jen porque tenía su cabello lacio y castaño de siempre, pero ella y su madre tenían algo peculiar es sus espaldas, eran alas. Al principio pensé que eran de ángel pero recordé mi clase de filosofía de segundo grado y reconocí que eran de Pegaso. Se encontraban en un picnic en la mitad de una hermosa pradera en primavera, Jen tenía aproximadamente unos ocho o nueve años y se le veía muy feliz, era muy diferente a lo que es ahora y reconocí que era por la muerte de sus padres. Empezaba a nublarse el cielo y sus padres decidieron recoger todo lo antes posible y dirigirse al auto cuando una voz desde el cielo dice: «Cómo se te ocurre traicionarme» decía la voz dirigiéndose a su padre. «No puedes prohibirme amarla» respondió su padre hacia el cielo. Todo quedo en silencio cuando empezó a caer relámpagos, la madre de Jen la tomó en brazo y comenzó a volar escapando de la lluvia, mientras su padre invocaba una especie de arco para disparar hacia el cielo. «Nunca te lo perdonare» gritaba su padre mientras dirigía flechas hacia el cielo. Jen lloraba y gritaba en los brazos de su madre hasta que un rayo cayó en las alas de esta y cayó en picada hasta el suelo. El padre de Jen corrió hasta el lugar en el que se encontraban y tomo a Jen en brazos mientras su madre desprendía una luz dorada y desaparecía de este mundo. «Ves las consecuencias de ese amor«, el padre de Jen no respondió, simplemente empezó a brillar pero está vez note que no se iba de este mundo sino que viajaba a otro.
El recuerdo empezó a desvanecerse de mi mente y volví a la realidad pero esta vez Jen estaba mirándome:
—Eran mis padres —me dijo como si no lo supiera—. Mi padre, dios de la arquería, Apolo y mi madre, hija de Pegaso y una ninfa del bosque, Lauren.
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Pronto vendrá el capítulo 2.
@CarBel1994