¿Qué es la Programación Neurolingüística?
Recuerdo que en el 2004, cuando comencé a tomar contacto con la PNL, no estaban tan difundidos los alcances y beneficios de la disciplina; por lo menos no en Campana, donde yo vivía.
Mis amigos y personas de mi entorne al decirles qué estaba estudiando PNL me miraban y me preguntaban con pleno asombro ¿Qué? , y ¿es eso?
Yo podía darles una vasta y extensa explicación teórica acerca de en qué consistía esta disciplina. Podía mencionarles, por ejemplo, definiciones tradicionales como aquella que define a la PNL como “el estudio de la excelencia humana”, u otra que la identifica como “la nueva tecnología del éxito”. También podía decirles que consistía básicamente en el “estudio de la estructura de la experiencia subjetiva humana y su relación con la neurología” o que es “el estudio de los procesos mentales con el fin de obtener un modelo formal y dinámico de cómo funciona la mente y la percepción humana”.
Asimismo, podía compartir con ellos el significado de sus siglas. Les contaba que la P hacía alusión a la palabra “Programación”, término tomado del campo de la informática, que consiste en el modo en que secuenciamos nuestras acciones para alcanzar nuestros objetivos, a aquellos programas mentales o patrones de comportamiento que se repiten de forma sistemática en la vida de las personas. Nuestros pensamientos, emociones y acciones siguen patrones sistemáticos y tanto nuestros recursos como nuestras limitaciones, guardan relación con el cómo hacemos para construir el modelo de vida en el que vivimos. La N viene de “Neuro” y se refiere a nuestro sistema nervioso, los circuitos mentales de nuestros sentidos, incluyendo al cerebro y a los procesos de pensamiento. Por último, avanzábamos en la conversación y les mencionaba que la L alude al término “Lingüística” que hace referencia a nuestra habilidad para utilizar el lenguaje, así como el modo en que las palabras y frases específicas reflejan nuestros modelos mentales y también se refiere a la comunicación no verbal, a aquel lenguaje de posturas, gestos y hábitos que revelan nuestro modo de pensar, nuestras creencias y mucho más.
Si con esto no era suficiente para entender que era la PNL también podía contarles, sin entrar en demasiados detalles, que la PNL tuvo sus inicios en Estados Unidos a mediados de la década de 1970 gracias a los trabajos de John Grinder –especialista en lingüística- y de Richard Bandler –estudiante de Psicología en aquel momento- quienes comenzaron estudiando a comunicadores excelentes (a Virginia Satir, Milton Erickson y a Fritz Perls) y diseñaron, a partir de sus observaciones, modelos de habilidades de comunicación. De esta manera, dichos modelos podían ser enseñados a todo aquel que quisiera obtener resultados similares.
Ahora bien, cuando quería explicar los beneficios…ahí se complicaba el tema. ¿Cómo poder explicarles algo tan importante o que había significado tanto en mi vida? Para mí era más que una explicación teórica de cuáles eran los beneficios potenciales de estudiar PNL, era más bien como ir diseñando un nuevo estilo de vida enriquecido por recursos que hasta ese momento no sabía que tenía o estaban disponibles para mí. ¿Desarrollar la flexibilidad?….imposible, eso no estaba dentro de mi alcance, ¿era esto posible? Sí era posible y mucho más. La PNL terminó convirtiéndose en un almacén de recursos valiosos para mí. Era como poder adquirir en un almacén (y con la ventaja de ser gratuitos) diversos recursos que me permitían transitar los diferentes momentos y etapas de mi vida, tanto a nivel personal como a nivel laboral. ¿Cómo resolver efectivamente un conflicto? Acudía entonces al almacén y buscaba aquella técnica diseñada para brindarme dichas herramientas. No sabía bien que es lo qué quería o cómo formularlo? Nuevamente acudía al almacén en la búsqueda de aquella técnica específica que me permitía formular mis objetivos de una manera más efectiva. Ah pero en el almacén no habría nada que me permitiera cambiar aquellos hábitos y creencias que venían acompañándome desde mucho tiempo atrás….pero sí, ahí estaba el Generador de Nuevos Comportamientos o la Línea de tiempo para resignificar algunas historias pasadas.
Sabemos que el conocimiento deja de ser sólo información y se transforma en aprendizaje una vez que lo “pasamos por el cuerpo”, cuando se transforma en experiencia. Así que los invito a experimentar la PNL, a que construyan sus propias experiencias: su propio almacén de recursos.