Los niños que viven en la pobreza podrían sufrir de un retraso en el desarrollo de la materia gris y en la región parietal y frontal del cerebro. Estos datos fueron publicados (Descarga el PDF) el 11 de diciembre en la ya conocida revista PLOS ONE.
La investigación fue desarrollada por científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, quienes realizaron un cuidadoso muestreo que excluyó los datos de niños cuyos cerebros hayan sido posiblemente afectados por otros factores como: una madre fumadora o bebedora durante el embarazo, complicaciones en el parto, lesiones cerebrales, historia familiar psiquiátrica, etc. Esto les permitió realizar un análisis de los datos depurados de 338 imágenes del cerebro de 77 niños poco después de su nacimiento hasta los 4-5 años de edad.
Ésta brecha en la maduración cerebral fue casi nula cuando se evaluaron los datos de los niños al nacer
Tomada la muestra y efectuados los análisis estadísticos, se encontró que los niños provenientes de las familias que viven en condiciones de pobreza (200% por debajo de los niveles de pobreza declarados en EEUU) tienen menos materia gris (tejido cerebral crítico en el procesamiento de información y de ejecución de acciones) en comparación con los niños que crecieron en familias con mayores ingresos económicos.También se encontró que los niños pobres tenían un retraso en el desarrollo de la región parietal (centro de red del cerebro, conectado a diferentes partes para utilizar la información nueva y la almacenada) y frontal (una de las últimas áreas del cerebro en desarrollarse e importante para el control de la atención y la conducta). Sin embargo, ésta brecha en la maduración cerebral fue casi nula cuando se evaluaron los datos de los niños al nacer.
Según los investigadores, ésta deficiencia del desarrollo cerebral podría explicar por qué los problemas de atención y de aprendizaje son más comunes en los niños desfavorecidos.
“Una de las cosas más importantes aquí es que los cerebros de los infantes se parecían mucho al nacer. Con el tiempo se comienza a ver la brecha en el crecimiento del cerebro en los niños que viven en la pobreza y los niños más ricos. Lo que realmente implica al ambiente postnatal”, dijo el coautor del estudio Seth Pollak.
Esta brecha madurativa podría reducirse si se hacen cambios en las políticas públicas
Una mala nutrición, pobre calidad de sueño, falta de libros y juguetes educacionales, el estrés parental, un ambiente inseguro y la falta de actividades y conversaciones enriquecedoras son solo algunos de los posibles factores ambientales relacionados con la pobreza que afectan el óptimo desarrollo de los niños.
Pero no todas son malas noticias, ya que si la falta de materia gris a los 4 años de edad se debe a la falta de un ambiente enriquecido, entonces significa que se podría revertir. Según los investigadores, esta brecha madurativa podría reducirse si se hacen cambios en las políticas públicas que provean a los niños de un ambiente seguro y estimulante. Donde los padres puedan hablar y consolar a sus hijos y tengan tiempo para jugar y explorar sin miedos y sin estrés.
Esta es otra investigación que nos recuerda el profundo efecto que puede tener el ambiente sobre nuestro desarrollo biológico. Faltará esperar si estos datos movilizan intervenciones de apoyo y rescate para las familias pobres.
Fuente: ScienceDaily
Imagen: Ed-meister (Flickr)