Epidemia: enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a un gran número de personas (definición de la RAE). Por su impacto en la sociedad mundial y sus consecuencias devastadoras, la pobreza es uno de los grandes retos globales de siglo XXI y uno de los desafios socio económicos primordiales de la gobernanza mundial. Se trata de una de las principales causas de la desigualdad entre los seres humanos y pone en jaque la sostenibilidad de nuestro planeta. La pobreza es la mayor epidemia de nuestros tiempos.
¿Qué entendemos por pobreza?
Por pobreza, se entiende la falta (o incapacidad) de un individuo (también puede referirse a un conjunto o sociedad) para producir su potencial productivo. Se puede dividir en dos conceptos: pobreza absoluta o pobreza relativa.
Pobreza absoluta, que hace referencia a la incapacidad de alcanzar unos mínimos parámetros de la vida cotidiana (como la salud, la vivienda, la nutrición etc.). Y la pobreza relativa que en este caso se refiere a la imposibilidad de poder satisfacer todas (o en gran medida) las necesidades básicas de una sociedad en concreto (en un momento determinado). El Banco Mundial ha marcado el umbral de la pobreza en 2$ diarios por persona, de la misma forma el umbral de la pobreza extrema se ha situado en 1,25$.
¿Esta descendiendo la pobreza a nivel global?
Según el último informe del Banco Mundial “New Estimates Reveal Drops in Extreme Poverty 2005-2010” se afirma que se ha producido un descenso pronunciado de la pobreza extrema (menos de 1,25$ diarios) en el mundo pasando de un 52% en 1981 (42% en 1990) a un 22% (1.290 millones de personas) en 2008. Este informe irradía un optimismo, desde mi punto de vista desmesurado, existen diversos factores que se han de tener en en cuenta antes de lanzar las campanas al vuelo.
Uno de los factores es que dicho informe abarca hasta 2008 (justo el año de inicio de la gran crisis económica de este siglo) por lo que no se han podido mesurar (más allá de estimaciones) los efectos que puede tener este periodo de recesión en el auge o descenso de la pobreza global. Otro factor determinante es que algunas regiones experimentaron un mayor avance que otras (pudiendo producir sesgos en los resultados).
Por ejemplo, Asia oriental ha reducido la proporción de personas que viven con menos de 1,25$ al día del 77% en 1981 al 14% en 2008. China en particular, redujo en 663 millones de personas la cifra de los que vivían con menos de 1,25$ al día en 2008 en comparación con 1981. Por lo que esta reducción a nivel global (tan pronunciada) se debe a factores puntuales, excluyendo a China el descenso de pobreza extrema ha sido de aproximadamente 10 puntos (40% en 1980 al 30% en 2005) lejos del 30% que se estipula en el informe. (Ver gráfico siguiente, datos Banco Mundial).
Resumiendo, podemos decir que las últimas décadas han sido testigo de una reducción significativa de la pobreza extrema (debido a las causas anteriormente comentadas), mientras que la pobreza global (menos de 2$ persona/día) apenas ha descendido (pasando de un 59% en 1980 a un 50% en 2010 aproximadamente). Aún es demasiado pronto para mostrarse satisfecho seguimos muy lejos de subsanar esta plaga mortal por lo que seria conveniente mostrarse cauto y seguir trabajando para lograr resultados satisfactorios a la mayor brevedad posible y para lograr este fin es necesario que esta lucha ocupe una posición prioritaria dentro de todas las jefaturas de estado.
¿Consecuencias?
Podríamos enmarcar la pobreza infantil dentro de la pobreza, pero creo conveniente apuntarla como una consecuencia directa de la pobreza global y de la situación en la que nos encontramos. La definición de pobreza infantil no debe limitarse únicamente a una consideración de recursos insuficientes. Los niños que la sufren también se ven privados de sus derechos fundamentales y de unas perspectivas de un futuro digno. La pobreza les priva de la oportunidad de tener una educación y les impide tener acceso a atención sanitaria, agua potable, alimentación, refugio, seguridad entre otros muchos derechos. Es una enfermedad que les deja secuelas de por vida, los más inocentes y resultan ser los más afectados.
Algunos datos que demuestran la dureza de la situación actual son los siguientes: más de 1.000 millones de niños y niñas viven bajo el umbral de la pobreza (aproximadamente 600 millones sufren pobreza extrema), uno de cada 5 niños no tiene acceso a la educación primaria y el 10% de los niños que viven en países en vías de desarrollo muere antes de los 5años (datos UNICEF).
¿Y en España?
A menudo pensamos (desde nuestra burbuja) que la pobreza es algo meramente marginal en España, que es un problema que nos queda muy lejos, al otro lado del estrecho para ser más preciosos. Observando los datos que a continuación presentaré queda patente que la pobreza es un virus que llegó hace mucho tiempo a nuestro país y no parece estar dispuesto a marcharse.
En el año 1995 en España un 2,1% de la población vivía con menos de dos dólares al día, en el 2010 este dato aumento hasta el 2,7% lo que equivale a más de un millón de personas según datos del Banco Mundial (un 2,3% vivía con menos de 1,25$, más de 1 millón de españoles bajo la pobreza extrema) . La tasa de riesgo de pobreza también ha experimentado un fuerte aumento desde el 2007, pasando de un 19,7% a un 22,2% en 2012, lo que quiere decir que casi 10 millones de personas en nuestra país se encuentran en esta precaria situación. Cabe destacar que esta situación no es nueva y no ha aparecido en España como consecuencia única de la crisis, es una situación crónica que ya en 1994 golpeaba a más del 19% de la sociedad española.
Para seguir contrastando esta afirmación, la tasa de riesgo de exclusión social en nuestro país también se ha mantenido muy elevada desde el 2004 (25%), llegando a su máximo en 2012 (28,2%), es decir, 13 millones de personas están en riesgo de exclusión social actualmente en España (datos INE), es preciso recalcar que la media europea es del 24,8%. (Gráfico fuente El País datos Eurostat)
Los datos que resultan más alarmantes, son los que hacen referencia a la pobreza infantil, que afecta a más del 28% de nuestros menores (28,9% en 2012, 1 de cada 4 niños), un dato que sin duda resulta estremecedor. Es el segmento de edad más vulnerable y más afectado por la pobreza y esto es un lastre para toda la sociedad. Además es necesario destacar que los niveles de España en este campo están muy por encima de la media de la UE (21,2%). La tasa de riesgo de exclusión social sigue los mismos patrones, pero si cabe más alarmantes aún, en el 2012 la cifra se elevaba al 32,8% de los menores de 16 años, casi 3 millones de niños. (Ver gráfico siguiente sobre la tasa riesgo pobreza y su impacto en los más jóvenes, fuente elaboración propia datos INE).
¿Qué hace el Gobierno?
Como podemos observar en el gráfico siguiente, España está a la cola de Europa en Gasto Público en Protección Social (% del PIB), claramente por debajo de la media de la UE, con datos similares a Portugal y muy lejos de países como Dinamarca o Francia (32,8% y 31,9% del PIB). Interesante observar el caso griego, país al que la crisis le ha afectado con vehemencia y mantiene unos niveles de gasto en protección social por encima de la media de la UE (con clara tendencia positiva) y siendo este muy superior a los niveles del Estado Español, nos deja claro que la excusa de la crisis no puede servir para dejar a los más desfavorecidos a merced de las situaciones contextuales. (Ver gráfico fuente elaboración propia datos EUROSTAT)
En el programa electoral del PP, en el año 2011, la pobreza tenia un papel importante llegándose a decir que “la superación de la pobreza y la exclusión social constituye uno de los grandes retos de nuestro tiempo, tanto en España como a escala internacional”. Si por reto entienden que a base de reducir las inversiones se podrá llegar a unos resultados óptimos (el más difícil todavía), van un poco equivocados (desde el 2010 el gasto para la protección de la infancia ha caído un 14%) y España, como ya he comentado, está a la cabeza europea tanto en la tasa de pobreza y exclusión social como en la de pobreza infantil (siguen sin verse los brotes verdes). (Ver gráfico sobre la inversión en protección social de familia e infancia % PIB fuente: informe Unicef La infancia en España 2014)
Para superar esta epidemia es necesario una fuerte voluntad política por parte de todos, esta causa es usada de forma banal por la mayoría de partidos y fuerzas institucionales, un factor “maquillador” para conseguir réditos tanto políticos como electorales. Pocos gobiernos en el mundo (y el español no es excepción) se han sentado para intentar poner remedio, o si más no intentar paliar los efectos de esta terrible enfermedad global, más allá de políticas “photocall” para procurar lavarse la imagen a base de mediadas populares pero poco eficaces.
La visión de un político (y de los gobiernos) es cortoplacista, la competencia directa por el poder les hace decantarse por iniciativas legislativas con efectos inmediatos para poder obtener los beneficios de dicha política a la mayor brevedad posible (“miopía política” las políticas a largo plazo no interesan, no dejes para mañana los votos que puedas ganar hoy). La reducción de la pobreza y la exclusión social, no es un hecho que se pueda solucionar de un día para otro, se necesitan políticas estructurales para tratar superar este lastre global y se requiere el ingrediente más difícil de encontrar hoy en día: tiempo, ingrediente que puede resultar fatal, dado que el tiempo es la llave del olvido.