La pobreza laboral

Tener un trabajo no libra a muchos españoles de la miseria. La crisis ha aumentado en España el índice de la llamada “pobreza laboral”: en solo tres años, de 2007 a 2010, la tasa ha aumentado del 10,8% al 12,7%. Otra cosa de la que nuestros políticos deberían avergonzarse y nunca hablan, está claro que solo lo hacen cuando les conviene comparar con Europa los servicios, precios, y costes que se pagan fuera y les son favorables sin tener en cuenta los salarios; España es uno de los países europeos con mayor desigualdad económica.

El porcentaje de trabajadores con un sueldo igual o inferior al salario mínimo interprofesional (SMI) ha pasado del 6% al 10,5% en el periodo 2004-2010.

Después de poner en bandeja a los empresarios el despido barato, con las sucesivas reformas laborales, todas las medidas que se están tomando, "muchas por decreto ley" supone empobrecer y arruinar a millones de ciudadanos durante décadas. La recesión es utilizada para limitar la democracia e imponer un sistema autoritario que permita someter a toda la población a los dictados del poder económico y en su único beneficio. El ataque que continuamente hacen al sistema público de pensiones, que frecuentemente nos intentan vender que es insostenible, no solo lleva como fin acabar con cualquier tipo de derechos de la clase más desfavorecida de la sociedad.

Más trabas para alcanzar la jubilación, más impedimentos para el relevo en el mundo del trabajo y el acceso de nuevos trabajadores al mercado laboral, menos importes a devengar, más negocio para fomentar el sistema privado de pensiones, que reportaría un gran negocio a la banca. También persiguen abaratar las cotizaciones que deben pagar las empresas... En definitiva, pretenden convertirnos en un país de mano de obra barata a costa de destrozar nuestros derechos sociales, en este caso el sistema público de pensiones, consiguiendo aumentar la rentabilidad de las empresas multinacionales a costa de empobrecer a la clase media y trabajadores por cuenta ajena además de abandonar a su suerte a toda una generación de jóvenes, parados de larga duración, mayores de 55 años y excluidos sociales.

La última línea de ataque contra las prejubilaciones sigue el endurecimiento del subsidio para desempleados mayores de 55 años. Es la doctrina de La Escuela de Chicago (con M. Friedman a la cabeza): los servicios y prestaciones sociales si las quieres las pagas. Las empresas tienen por objetivo la obtención del máximo beneficio y deben estar libres de compromisos sociales, tampoco contratos laborales y despido libre.

Un coste insostenible para el sistema es tener más de un 20% de la población sin empleo. Lo que es realmente terrible es que con cinco millones de parados todas las medidas que dictan los neoliberales consistan en trabajar aún más horas al día y durante más años sin poner en marcha medidas de crecimiento y creación de empleo reales. Teniendo en cuenta la mecanización y la automatización creciente, una empresa en la actualidad necesita muy pocos asalariados para obtener beneficios. Debería de existir un impuesto o cotización compensatoria para todas estas empresas que utilizan robots para hacer el trabajo de personas.

Por cada 5 puestos de trabajo amortizados por una máquina una cotización extra del empresario a la seguridad social.

Para reducir el paro no hay otro camino que trabajar menos horas y jubilarse antes, de lo contrario tendremos a la mitad de la sociedad en la miseria, cosa que interesa por otro lado al sistema para, reducir aún más los salarios para tener más gente sometida a vivir bajo el umbral de la pobreza, obligar a permanecer más horas en los puestos de trabajo, por miedo al perder el empleo y caer de definitivamente en la indigencia. Vivirán los que tengan recursos económicos, sobrevivirán en la pobreza y la indigencia el resto.