Revista Belleza

La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Por Pecados Capitales @PecadosCap

Hola amig@,

La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Su Alteza Serenísima, Corinna zu Sayn-Wittgenstein

No puedo creer que no sepas quién es esta mujer… Pues muy mal, porque es alguien importante a tener en cuenta. Alguien que sin duda pasará a los anales de la historia como la conseguidora más controvertida de la historia de la democracia española del siglo XXI.   Si lo que te despierta curiosidad es qué es lo que consigueesta mujer para nuestro país, te diré que puedo explicártelo parafraseándola a ella misma. La princesa Sayn-Wittgenstein se autodefine como «alguien cuya actividad profesional es la de asesorar al gobierno español, a través de su empresa, Apollonia Associates, en temas relacionados con Oriente Medio».   Y lo cierto es que hoy esta comprobado que ella ha intervenido y mediado en operaciones de altísimo standing internacional, como lo fueron en su día el intento de la adquisición de acciones de Repsol por parte de Gazprom —la agencia rusa de gas natural—; la instalación de la planta Gemasolar —propiedad de los Emiratos Árabes Unidos— en la localidad sevillana de Fuentes de Andalucía, o la adjudicación del AVE La Meca-Media en Arabia Saudí, entre otros.   E incluso dicen por ahí que estamos hablando de la persona que consiguió que España formara parte de las empresas adjudicatarias a las obras de ampliación del canal de Panamá.   Y te preguntarás, compañer@, qué tiene que ver todo eso que te cuento y la intervención de esta mujer de apellido impronunciable con el pecado que represento. Pues bien, no te engañes. Te garantizo que el hecho de que te traiga hoy hasta estas páginas a esta señora tiene una relación muy «real» con la Lujuria
La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein
   Seguro que atas cabos si te digo que su nombre salió por primera vez en la Prensa en abril de 2012 a raíz de que al Rey se le ocurriera irse a cazar elefantes a Bostwana, en plena crisis económica nacional, por el módico precio de 45.496 euros, y tuvo la mala pata de meter la ídem donde no debía y romperse la cadera.   Desde entonces, los medios de comunicación no han dejado de sacar trapos sucios sobre esta inefable conseguidora y sus actividades empresariales y en cualquier mentidero lujurioso que se precie, de lo que realmente se habla es de cuáles son los favores particulares que Zu Sayn-Wittgenstein consigue para nuestro monarca.   Y es que, por mucho que la propia Corinna se mata con la razón diciendo para todo aquel que quiera escucharla —y por si alguien no lo hace ella lo proclama a bombo y platillo siendo portada de la revista Hola— que entre ella y don Juan Carlos sólo existe una estrecha amistad desde hace muchos años —lo que no sabemos nosotros es cuánto de estrecha—, y que su labor en aquel safari envenenado no era otra que la de mediar entre España y un magnate sirio, que resultó clave a la hora de que se concediera a un consorcio nacional el antes mencionado contrato del AVE a La Meca. A los que los ignorantes en relaciones exteriores, como yo, nos preguntamos qué cuernos tendría que ver el Rey con una empresa privada...   En fin… El caso es que, apenas un año después nos vamos enterando de un montón de tareas en las que ha intervenido, en torno a la figura de don Juan Carlos, su entrañable amiga y conseguidora en negocios estratégicos para empresas españolas, además de conseguirle un trabajo al «pobre Iñaki (Urdangarín)», claro está.   La última que ha saltado a la luz es que, según la revista Vanity Fair de esta semana, ya en 2004 la princesa Corinna tenía contacto directo con el rey Juan Carlos y él mismo le encargó, a nivel particular, que organizara la luna de miel de los príncipes de Asturias.
La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein
   Y al parecer, aquellas gestiones dieron unos resultados tan fantásticos que, sólo un año más tarde, viajó con el monarca a visitar al por entonces presidente de Rusia, Vladimir Putin, a fin de dirimir las diferencias entre ambos países, por aquellos entonces en plena crisis política.   Pero, el cómo una alemana nacida en Franckort del Meno en 1964 ha llegado a alcanzar un estatus lo suficientemente importante como para que tanto los miembros del Ejecutivo anterior como los del actual reconozcan su participación en operaciones estratégicas para nuestro país, eso sí que ha sido un secreto a voces durante los últimos años. Y, si no, pregunta a cualquiera de los políticos que son y han sido en nuestros diferentes gobiernos, igual da que pertenezcan al PSOE que al PP, porque por una vez en la vida sí se han puesto de acuerdo para mantener un elocuente silencio «por el bien de España».   ¿Qué quién ha conseguido semejante milagro? Eso mejor pregúntatelo a ti mism@, que seguro que hallas la respuesta.   El caso es que, el españolito de a pie desconoce al completo la cantidad de negocios que nos ha conseguido la empresaria alemana, pero lo cierto es que esta semana ha saltado a la luz pública, a través de la revista Interviú, que la amiga del rey ha cobrado en cuentas suizas las comisiones millonarias que recibía por estos trabajos. Y lo más gordo, es que, al parecer, lo hacía a través de un sistema de documentación «falsa pero legal» que utiliza habitualmente el CNI.
La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein
   Unas comisiones que ascienden a un nada desdeñable 3% de los beneficios obtenidos por las entidades favorecidas y que los servicios de inteligencia han confirmado que fueron ingresados en dos cuentas diferentes del país helvético, abiertas a nombre de «identidades operativas», es decir, con un nombre completamente falso, pero dotados de documentación española (DNI y pasaporte) totalmente legal. Una documentación que, exclusivamente, se puede generar con autorización judicial y que es la que se concede habitualmente a los agentes encubiertos que trabajan para el Centro Nacional de Inteligencia para facilitarles su trabajo.   Bien, ahora el CNI niega que se haya utilizado alguna de sus identidades para abrir esas cuentas en Suiza pero…     Si es que ya lo decía mi abuela… «mi querida Lu(juria), no te engañes. Estos polvos —africanos— traen estos lodos».    Llegados a este punto, mi amig@ lujurios@, saca tus propias conclusiones y dime si esto es poca vergüenza o no.   Lo dicho, Felices Pascuas —o lo que quedan de ellas— y que te sea leve el regreso al trabajo.   Por cierto, de dónde y a costa de quién vivía en España Su Alteza Serenísima te hablaré en otra ocasión. Nos vemos el próximo viernes…
La poca vergüenza de S.A.S. Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Volver a la Portada de Logo Paperblog