Hace poco hemos conocido a la mujer que acaba de adelantar el parto para que su marido haya podido conocer al bebé. Mark, de 52 años, es un enfermo terminal que ha podido tener a su bebé en brazos 3 días antes de su muerte, y su mujer, Diane Aulger, ha tenido que tomar la difícil decisión de adelantar el parto a dos semanas de dar a luz. De esta manera, padre y bebé pudieron conocerse antes de la muerte de él por cáncer de colon.
El 16 de enero fue cuando el médico le indicó al hombre que le quedaban 5 o 6 días de vida, y la principal preocupación de este hombre era dejar el mundo sin conocer a su criatura, a su niña, que nacería el 29 de enero. Pocos días le separaban de conocer a su hija, y así fue como Diane, junto con su médico y con síntomas de pre-parto, decidieron adelantar el parto al 18 de enero, preparando todo para este evento.
La criatura, Savannah nació sin ningún problema y pudo disfrutar de su padre durante 45 minutos el primer día y pocos más los siguientes, ya que las fuerzas del padre flaqueaban, y al tercer día… cayó en coma y poco después murió.
Pero tras esta tierna historia hay una cuestión ¿se puso en peligro la vida del bebé? ¿mereció la pena hacer esto? A pocos días del parto los riesgos eran mínimos, y el bebé establecería su primer y último vínculo con su padre, siendo el bebé en la misma situación ¿qué hubieras preferido, saber que conociste a tu padre o pensar los riesgos que corrías?
En este caso, vemos que los riesgos son pocos, pero no por ello hay que dejarse llevar por los impulsos. Si se considera realmente necesario tomar una decisión como esta, es muy importante seguir el consejo del médico, sobre todo si lo desaconseja.
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