En el contexto de América Latina, Cuba presenta datos avanzados en materia de igualdad de género. Que su parlamento tenga una composición 53 % de mujeres, no es algo anecdótico. Cristina Escobar apunta, como explicación, al proyecto humanista de la Revolución, a la lucha de muchas mujeres, encabezadas por Vilma Espín, y al carácter laico del estado cubano, que garantiza que los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos el aborto libre y gratuito, sean letra constitucional.
También repasa ampliamente los desafíos de género en la Isla, en una sociedad que sigue siendo patriarcal, en el terreno de lo doméstico, de las subjetividades, de la imagen de las mujeres en los medios cubanos, en el humor, en el desequilibrio existente en la esfera de los cuidados, etc.
Y aborda el tema de la violencia machista que, aún menor que en otros lugares, existe en Cuba y que se aborda y enfrenta, cada día con mayor transparencia, desde las esferas social, mediática y legislativa.
Recientemente, Escobar firmaba, junto a Ania Terrero, un artículo muy interesante titulado “Las otras caras de la moneda”, sobre la presencia de las mujeres a lo largo de la Historia de Cuba y, de manera particular, sobre su ausencia en los billetes y monedas del país.
También echamos la vista atrás, al 21 de mayo de 2015 cuando, restablecidas las relaciones bilaterales por Barack Obama y Raúl Castro, Cristina Escobar pudo viajar a Washington con un grupo de colegas y fue la primera periodista cubana que, en 54 años, realizó una pregunta en una rueda de prensa de la Casa Blanca. Recordamos con ella ese momento.
También transitamos por la noche oscura de Donald Trump, que en cuatro años ha impuesto 240 nuevas sanciones económicas a Cuba, y le preguntamos qué pasará en “la partida de dominó” con el nuevo inquilino del Partido Demócrata en la Casa Blanca.
Y nos trasladamos hasta el presente ataque de guerra cultural que sufre la Revolución cubana, a través de supuestos “artistas” o “periodistas independientes”, o de lanzamientos musicales de la industria de Miami, como “Patria y Vida”, que considera de una “pobre factura artística” y puro producto del dinero y el chantaje.
Se refiere a iniciativas como el Movimiento San Isidro, cuyo objetivo es “ofrecer a los medios internacionales la visión de que Cuba es un estado fallido y represor e impedir así el acercamiento con EEUU”.
“La relación EEUU-Cuba sigue secuestrada –nos dice la periodista- por quienes la toman como un asunto doméstico de la política en el Sur de la Florida”. Y para ello –añade- hay “montones de dinero, muchos millones para el que más grita”. Pero no hay que pensar –reflexiona Escobar- que toda la comunidad cubana en EEUU, ni siquiera en Miami, es así. Menciona el caso del profesor cubano emigrado Carlos Lazo, que sigue adelante tendiendo “Puentes de amor”, como llama a sus caravanas por el diálogo y contra el odio, por ejemplo.
La presentadora indica que se indigna cuando escucha que los sectores de la ultraderecha cubanoamericana, para “liberar al pueblo de Cuba”, aprueban sanciones que afectan a las condiciones de vida de la población cubana en su conjunto, reducen los ingresos de las familias o separan a estas, mediante prohibiciones de viaje y otras medidas.
Añade que “la política de EEUU hacia Cuba debería ser decidida en Washington, no en Miami”. Y concluye que “no seguir el discurso anticubano en EEUU es un acto de valentía, que mucha gente no tiene”, en clara referencia a algunos cantantes que, para no ser vetados o perder el mercado latino de EEUU, se transforman en abiertos agentes de la contrarrevolución.
La actividad fue organizada por la asociación vasca Euskadi-Cuba, con el apoyo y soporte de Cubainformación TV y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
Tomado de Cubainformación