Parece que ya han tomado posesión de sus poltronas. Comienza el espectáculo. De nuevo. He de confesar que el de los pactos me resultó divertido. Divertido como una película gore. Se te revuelven las tripas pero te da gustirrinín, aunque no sabes por qué .
Comienza la política de gestos. Yo voy en bici. Y yo en metro, pero para la foto. Y yo en coche oficial. Porque me insultan por la calle (a veces con merecimiento) o me han amenazado de muerte. Y piensan cumplir la amenaza. O voy en coche oficial porque me sale de las narices. Que los hay. Me produce un malsano placer imaginarme a la setentona jueza Carmena siendo insultada en la calle, después de decir que de banco público nada. O que lo de los comedores sociales ya lo organizó Botella de maravilla. Hay que joderse. Ni una semana y ya no se puede cumplir el programa. Copian lo peor de Mariano. Y no pueden impedir desahucios. Ya lo reconocen.
Ribó, por su parte, decía que la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que ya veremos. Que menuda putada. Que él, jornadas de puertas abiertas y mucho diálogo. Y a mi eso me aterra. Me da gustirrinín, por lo del espectáculo, pero me aterra. Vamos a sentarnos con todos. A tapar la boca a todos. A gastarnos el dinero de todos. Con algunos. Això ho pague jo. Que soy de Manresa, pero todo se pega. Pagar pagamos todos. Lo de cobrar, ya veremos. Una declaración de intenciones sobre el dispendio que viene.
Me preguntaba una amiga que como sabía lo que van a hacer. Le respondía otro amigo que no hay más que ver las cuentas de los ayuntamientos. Deudas por doquier. Burocracia por doquier. Concejales por doquier. Asesores por doquier. Y hay que pagarlo. Si ellos no generan nada… Gobierno luego expolio.
Así pues se tienen que quedar en el gesto. No quieren, ni saben, entrar en el fondo. Es una cuestión sencilla. Es lógico que metan el zanco. Y no porque sean malos gestores o políticos corruptos (que muchos lo son) si no porque pilotan un tren que no va sobre raíles. No tienen programa. Solo un conjunto de propuestas, si eso, bastante molonas. Y además el tren va por el mar, y no flota. No hay que ser muy listo. El sistema es el que hace aguas.
Ir en bici o en metro. Tener programa o sugerencias. Himnos. Pitos. Banderas. Gestos. De la vieja política. De esa que se entretiene en generar distracciones sobre cuestiones menores, para no ir al asunto mollar. Nada ha cambiado. Todos rezuman más de lo mismo. Se dimite, pero menos. Todos los que han venido son de los que ya estaban. Se trataba de pillar cacho. Poltrona. Presupuesto. De llegar para quedarse. Y capear al ciudadano. Qué es el cornudo del tema.
Solo pueden hacer gestos. Y venderlos. Porque para cambiar las cosas hay que ir más lejos. Hay que perder complejos. Y ser honestos con la verdad. Con aquella que demuestra que la prosperidad viene de la mano de Estados pequeños. De poco gasto. De bajos impuestos. Que no hay que hablar con todos para solucionarles la vida. Si no dejar los medios en sus manos para que puedan solucionarsela ellos.
Es un bonito gesto decir que los colegios los limpiarán cooperativas de madres. Aunque yo me pregunto que pensarán ellas después de trabajar en se casa y en el trabajo de tanta hora extra. Y qué pensarán los padres, que alguno habrá que sepa usar un mocho, que parece que los han llamado guarros a la cara. Por tener cosita. Ya se sabe. Los que tenemos pene somos el mal hecho carne.
Tenlo claro. Ningún político podrá solucionar nada. Solo es posible no empeorar las cosas. Y el que diga lo contrario, miente. A los hechos me remito. En tres meses sin Susana, nada pasó en Andalucía. En un año sin gobierno salieron de la crisis en Bélgica. Medita. Rasca. Verás que bajo el gesto no hay nada nuevo. Si acaso lo mismo o peor.
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