Revista Educación

La política de las series

Por Siempreenmedio @Siempreblog
La política de las series

Hace algunos meses escribí aquí sobre las sensaciones que me producía el señor ese del fleco de la serie de televisión de la Generalitat de Catalunya. Ni bien ni mal, no vaya nadie a pensar que estoy diciendo yo que era o es mejor o peor político. Sólo decía en aquella ocasión que era un hombre, a mi parecer, atormentado con el sí pero no. Luego, en el capítulo estrella, se lanzó a la piscina de una vez y parece que las cosas no le salieron bien, y se tuvo que ir "pacasalcarajo". Por esos extranjeros decían que andaba, y andaban los medios de comunicación (bien le gusta a una serie un periodista tras la noticia) averiguando quién le pagaba el alquiler, la compra y hasta las garimbas que se tomaba a la salud de los catalanes. Que mientras él estaba fuera diciendo que era un exiliado político en su Comunidad Autónoma todavía estaban errequeerre con que era el único presidente que querían, admitían y añoraban.

A mi ya me cansa un poco esta segunda entrega de la serie de moda, me imagino a los propios catalanes, que en el ínterim, es decir en los espacios para la publicidad, andan perdiendo PIB, empresas, turismo y hasta venta de productos made in Catalonia.

Pues el culebrón parecía que estaba finiquitado con aquel allá y los otros en chirona. así suelen acabar las entregas, un fulano muerto o a la cárcel y música de cierre, y luego las letras; pero las cosas que parecen que sí, pero luego son que no. Y en este 2018 han estrenado una nueva entrega de la miniserie del "queremos ser lliures". Menos mal que para verla no hay que pagar nada, la ponen gratis en los telediarios, en los programas de Ana Rosa, en los de Ferreras... bueno en casi todos los programas.

El personaje estrella de esta nueva " season " es una secundaria de las otras entregas, mala malísima. Pues como en los Juegos de Tronos, que tanto le gustaban a Pablo Iglesias, de cualquier mato salta un conejo, o una coneja en este caso. Pues la muchacha también quería unos capítulos de prota. Y los responsables del estilismo de la producción, cansados de tanto fleco, le han dicho que tiene que cambiar de rol, y de camiseta (que la que sacaba siempre estaba ya muy vista y muy sudada), que se peine chic y se cambie los pantalones de parches y que a ser posible en el primer capítulo salga un poquito más delgada, un poquito más peinada y asegurando que quiere ser profe, que en la educación superior siempre están buscando gente dispuesta a hablar de principios y eso.

¿Y a dónde la mandaron? pues a Suiza, porque así si no hay plaza en alguna universidad se le puede buscar un puestito de cajera en cualquier banco. Pues nada, como esta serie no se puede descargar, porque los guionistas se la van inventando sobre la marcha, habrá que estar pendiente de la tele, a ver en qué queda la cosa.


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