“No la mearía aunque estuviese ardiendo en llamas”
Bette Davis y Joan Crawford, dos actrices de la época dorada de Holliwood, protagonizaron en 1962 la película ¿Qué fue de Baby Jane?, basada en la novela homónima escrita por Henry Farrell en 1960. La obra se basa en la relación de odio y envidia que mantienen dos hermanas, Jane Hudson y Blanche, dos populares artistas que gozaron en su momento de la fama y el reconocimiento del público pero que terminaron viviendo solas en una lúgubre mansión de Hollywood.
Davis y Crawford, eran enemigas acérrimas en la vida real y, a pesar de ello, fueron capaces de trabajar en un proyecto común, canalizando en él todas sus energías. Son numerosas las anécdotas del rodaje que reflejaban su indisimulada enemistad. Sirvan de ejemplo estas dos lindezas que Betty Davis dedicó a Joan Crawford: «No la mearía aunque estuviese ardiendo en llamas» y «Se ha acostado con todas las estrellas de la MGM, menos con la perra Lassie».
No imagino a Sánchez junto a Rajoy trabajando en un proyecto común, pese a su antipatía mutua, para protagonizar una obra maestra tal y como hicieran Bette Davis y Joan Crawford. A Sánchez le falta coraje y oficio para tragarse el orgullo, arrimar el hombro, hacer la obra y despotricar luego sin arrepentimiento alguno sobre su enemigo político. Y a Rajoy, … bueno, Mariano tampoco facilita la labor con el navegador en modo ‘gallego’.
La primera consecuencia de la incapacidad de los dos actores principales es, posiblemente, el desencanto de los espectadores que, pagada la entrada a precio de oro, contemplan como en pantalla se anuncia : “vuelva usted mañana”, o sea, el 26. La misma película, con un actor secundario , un tal Pablo Manuel, jugando a protagonista, engreído, de esos que no creen que la Tierra gire en torno al Sol sino en torno a sí mismo. Un extra de lujo, un tal Garzón, sin guión pero que se vende por algo de pasta que anda colgado, dicen lenguas viperinas, con unos doce millones. Y un catalán, que no falta un catalán, oiga, dispuesto a poner la vitamina C’s, imprescindible para el crecimiento y desarrollo eficaz. de cualquier proyecto.
Ese desencanto, que no sorpresa, que se percibe en la calle, invita a pensar que no vale la pena volver el 26, pues el guion parece cerrado. Muchísima gente piensa que la próxima cita electoral va a dejar las cosas muy parecidas a tal y como están en estos momentos. O algo peor. Motivos para pasar de ellos tal vez no falten si no fuese porque, hacerlo, sería pasar de nosotros mismos.
La política está antipática. Los ciudadanos nos hemos sentido ofendidos y agraviados. En cuanto que ciudadanos, exigimos que los políticos justifiquen el sueldo que les pagamos y que no vuelvan a defraudarnos, que nos generen más antipatía. Trabajen ustedes codo con codo, cada uno en su papel, como Bette Davis y Joan Crawford, alejen de su trabajo parlamentario su ‘antipathos’, sus egos, tactismos, odios y fobias, y, en privado, despotriquen lo que quieran.
José SIMÓN GRACIA
La entrada La política está antipática aparece primero en JSG LITTERAE jsimon