La política ha de evolucionar

Los que entendemos la política como el noble arte del trabajar por los demás, de intentar mejorar la sociedad en la que vivimos y de intentar aplicar las ideas y teorías políticas y económicas de cada uno para el progreso de nuestra tierra vivimos una época difícil, porque la mayoría de los ciudadanos no opinan lo mismo de lo que es la política.
Y de esto, fundamentalmente, son responsables la mayoría de nuestros políticos, que se están dedicando a sus propios intereses personales, a labrarse un futuro para ellos y su familia a costa de la ‘res pública’. Y, lógicamente, la gente se da cuenta rápidamente de estas actitudes, aunque extrañamente está tardando mucho en castigarlas en las urnas.
Porque no debería ser normal que una persona se dedique toda su vida a la política, saltando de cargo en cargo, de lista en lista. Listas que, la mayoría de las veces, confecciona el capo de turno sin contar con la opinión de la gente del partido y, menos aún, de los militantes de base. ¿Para cuándo una verdadera democracia interna en los partidos políticos?
Y no solo en los partidos políticos, también en el propio sistema, porque aunque vivimos en una sociedad democrática, todavía podríamos mejorar mucho el sistema; y lo mejor de todo es que estas mejoras ya están inventadas, y se aplican en muchos países de nuestro entorno. Me refiero, por ejemplo, a las circunscripciones uninominales, circunscripciones pequeñas en las que solo se elige un representante, por lo que es el político el que se preocupa de que sus electores lo conozcan y él mismo se preocupa de conocer a sus votantes y de atender sus demandas durante toda su legislatura; algo que en España no ocurre, curioso País en el que no conocemos a nuestros políticos.
Está claro que hay que cambiar el sistema, está claro que hay que mejorarlo y que hay que dar más voz y participación a las personas, a los ciudadanos. Y si PP y PSOE no se ponen las pilas, si no asumen este cambio y se adaptan, dando a la gente lo que el pueblo demanda, serán sustituidos por otros que sí lo harán. La sociedad evoluciona, la gente cambia y demanda cosas nuevas y la política también ha de evolucionar.