La sesión de fotos fue realizada en la isla de Saint Barts en diciembre pasado, por Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matatin. Giselle Bündchen aparece en la playa con una chaqueta negra forrada en print animal (¿Dolce & Gabbana?) a modo de minivestido con cinturón metálico, en actitud desafiante y con su espléndida melena suelta. Emmanuelle Alt, la nueva directora de Vogue París, no ha querido correr riesgos y ha apostado sobre seguro. Giselle siempre es una garantía de éxito para cualquier portada y la modelo se apunta otro tanto importante: ella aparecerá como reclamo del nuevo estilo de Vogue posterior a la era Roitfeld, en el número de abril.