Revista Sociedad

La poscrisis: una posguerra del siglo XXI

Publicado el 23 enero 2014 por Bloggermam

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Las películas bélicas, de hazañas, de héroes o de amor acostumbran a terminar en el momento del triunfo. Todo se acaba al alcanzar el culmen del objetivo del protagonista, de modo que ahí el tiempo se detiene extendiendo hasta el fin de los tiempos un paraíso que en la realidad tiene una duración breve.

¿Qué sucede después de comer las perdices? ¿Después de matar al Leviatán? ¿Qué pasa cuando el galán besa a la doncella en apuros tras salvarla de las fauces del dragón? Lo que sucede es que la historia sigue y pierde todo el oropel con el que nos lo habían envuelto. Los héroes entrados en carnes no son atractivos, las bellas damiselas recién levantadas ponen en fuga a las fieras del averno con su aliento y las perdices que no terminaron de comerse en el banquete del final idílico están cubiertas de hormigas carroñeras.

La crisis está próxima a irse, poco a poco, con un mal olor al que ya se ha acostumbrado uno y que no echaremos en falta cuando desaparezca. Se empieza a anunciar el final de la crisis -¿hay elecciones otra vez?- como en los cuentos de final feliz, un maravilloso final lleno de flores, vivos colores, en el que bardo anunciará que las perdices están lista para ser devoradas por la legión de parias que estamos sufriendo los rigores de una crisis impuesta por unos tontos con dinero (nuestro dinero).

Todo parece indicar que del mismo modo que tras la última guerra hubo una posguerra larga, penosa y difícil; a la crisis de casi una década seguirá una poscrisis muy larga, muy penosa y muy complicada para la mayoría. Cuando se anuncie a bombo y platillo que la crisis ha pasado, no habrá una recuperación de la clase media, no se volverá a vivir mejor; más al contrario las condiciones seguirán empeorando por el bien de la economía de los privilegiados: políticos, banqueros y empresarios. Los mismos parásitos pero con diferentes etiquetas.

Hemos sufrido una guerra económica cuyo objetivo era someter a los débiles que habíamos conseguido escalar hasta ser unos irreverentes y díscolos ciudadanos que vivían dignamente, con educación para criticar las malas acciones de los privilegiados y salud para hacerlo durante muchos años. Eso no puede ser consentido por la oligarquía que gobierna porque sólo les interesa una sociedad sumisa y esclavizada, con la que continuar delinquiendo impunemente.

La guerra parece que está terminando con éxito y han ganado los de siempre: los bancos. Los que creen que pueden devastar el país con la ayuda de dios y ahora que hemos hincado la rodilla en el lodo de la pobreza viene la parte más cruda y dolorosa. La poscrisis en la que los vencedores humillan y someten sin esfuerzo a los derrotados y agotados trabajadores.

Hemos vuelto a la crudeza de la desolación de un país en el que no se quiere contratar trabajadores: Seis millones de parados, y aunque desciende levemente el número de parados, es a base de que la gente se va del país a trabajar a lugares mejores. Lo cierto es que el paro no va a bajar

La pobreza continuará creciendo a pesar del fin de la crisis. La poscrisis silenciosa será implacable con los menos favorecidos (es decir, casi todos nosotros). Nos quedan otros 25 años de calvario hasta que se pueda volver a una situación aceptable.  No sé si viviré para ver el final.

Los salarios continuarán siendo bajos y perdiendo poder adquisitivo como en la última década. Todo sea para que las empresas ganen mucho más dinero. España es el séptimo país con los salarios más bajos y el cuarto de mayores beneficios de las empresas.

La precariedad laboral es insultante, la gente sólo puede aspirar a contratos temporales, mal pagados, pasándose los derechos laborales por el arco del triunfo y sabiendo que en el momento que se levante la voz para exigir lo que es suyo será puestos de patitas en la calle.

Se enarbola la bandera de la productividad para que una persona realice la tarea de varias, cobrando mucho menos del salario que debería percibir. Un camino que sólo beneficia a los explotadores que han provocado la debacle económica, y que tratan de aplicar las técnicas productivas de China.

Los servicios públicos esenciales se privatizan. Ahora el que quiera una sanidad, o una educación de calidad tendrá que pagar a una empresa privada. Dentro de unos años, no tendremos dinero para acceder a la sanidad y la educación, como en los mejores tiempos de la dictadura franquista.

Y como en una buena dictadura la represión policial continúa aumentando . Se nota que cuando el gobierno usa la fuerza para someter a la gente que protesta se le llama patriotismo, mientras que cuando la gente protesta se trata de vandalismo. Es extraño que todavía alguien tenga la ilusa idea de que vivimos en un país en el que el poder reside en el pueblo (democracia?)

Para que no seas considerado alguien peligroso para la sociedad sólo tienes que sentarte a ver la televisión, a asentir dócilmente todo lo que te cuenten que se hace por el bien común y sacar banderitas españolas cuando se logren los anestesiantes logros deportivos.

Ahora España vuelve a ser una tierra en la que se maltrata a los de dentro y se venera a los turistas que vienen de fuera para que les divirtamos con sol, comida, bebida y patochadas propias de una monarquía bananera.

España es un país de sobras: sobra el 25% de los trabajadores (y eso que hay 2.000.000 de españoles fuera) y sobra el 100% de políticos y banqueros.

Ahora sólo nos queda aleccionar bien a los niños para que estudien de forma autodidacta y se hagan suficientemente buenos para que puedan irse a vivir de su trabajo fuera de España, porque si se quedan sólo les espera pobreza, ignorancia y opresión.


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