La Gran Vía como nunca la habías visto, con una luz única, con una fuerza capaz de hipnotizar a cualquiera, porque si de algo puede presumir esta calle es de no dejar indiferente a nadie...
Para inaugurar este rinconcito donde iré recopilando todas esas miradas que nos sirven para ilustrar y vestir esta ciudad que tanto amamos me he decidido a colgar una foto de uno de mis fotógrafos favoritos, Carlos Ramírez del Arellano. Me encontré con su trabajo de una forma casual, navegando un día por Flickr, y desde el primer momento me quedé enamorado de lo que hace, tanto sus originales perspectivas como la edición de sus fotos en las que consigue mostrarnos un Madrid entre melancólico y romántico. Aquí os dejo un enlace a su perfil en Flickr para que podáis ver más y mejor su obra.
De sus muchas fotografías he querido compartir la que quizás sea la mirada más evocadora y repetida de Madrid, ese comienzo de la Gran Vía espoleado por dos iconos como el Edificio Metrópolis y el Edificio Grassy. Un tramo en el que los neones de los comercios se funden con los faros de los coches provocando a ras de suelo un perenne río de luz. Un espectáculo que parece perder fuerza según avanzamos en altura, cuando los edificios y el cielo de Madrid confían en su desnudez como su mejor arma para robar nuestra atención.
Ésta no será la última fotografía de Carlos que tendremos en esta sección, por cierto, si queréis, podéis enviarme vuestras fotos a [email protected], ahora os animo a contemplar la imagen durante unos segundos y a transportaros mentalmente a ese vibrante lugar. Es la magia de las mejores fotos, que nos hacen viajar sin que movamos nuestros pies del suelo.
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