Algunos días recibo cerca de 1000 emails. Una pregunta se repite más que el resto:
¿Qué harías, tal o cual?
Acojonante, ¿no? Mi respuesta: «Cual.»
Siempre cual. Y entonces…
«Ah. Oh. Eh… creo… pienso… opino…»
Y me callo. Es la técnica del pim-pam-pum. Pregunta-Respuesta-Lloros. Dos reglas, una si preguntas y otra si contestas:
- No preguntes algo para lo que ya sabes qué respuesta quieres obtener.
- El trabajo del que responde es informar, no convencer.
Atiende.
Si me preguntas y no sé te diré que no sé. Y si te digo otra cosa es que esa cosa es la cosa.
Soberbio, lo que quieras.
Paso la vida estudiando, observando a otros. Y nunca, ni por un segundo, ni una sola vez, me he dicho: «¿Sabes qué? Esto no tiene sentido.»
Lo único que me digo, la única pregunta que me hago, es «¿Quien tiene más pasta?» Y si es el que habla, callo.
Sensaciones, olfato e intuición se los dejo a los mileuristas.
Bueno, venga, vale.
No creas mis respuestas, no creas mis consejos, pero créeme en esto: suprimir el ansia de entender, funciona.
- Tener razón o vender
- Entender o vender
- Seguir haciendo lo mismo o vender
No hay más opciones, y solo una lleva a la libertad.
Si vienes con la esperanza de entender, este no es tu lugar.
Si por el contrario te gusta ganar dinero, bienvenido:
Acepto la política de privacidadCada día envío una lección de ventas. Día que estás fuera, lección que te pierdes forever. Lo explico ahí:
Acepto la política de privacidadY por vender no me refiero a llegar derrapando a final de mes. Eso no es vender, eso es ser masoquista.
Acepto la política de privacidadLa entrada La pregunta de ventas que más me hacen se publicó primero en Luis Monge Malo.
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