La prensa y el atleti

Llevo unas cuantas semanas escuchando y leyendo críticas sobre la falta de atención de los medios de comunicación hacía cierto equipo de la capital, la verdad es que cada vez que me topo (y utilizo esta palabra sin segundas intenciones) con una de estas manifestaciones, no puedo sino expresar mi tremendo asombro e incredulidad.

Aquellos que disfrutan de bula permanente hoy lloran desconsoladamente en un rincón como si fueran los eternos olvidados.

Hace años que dejé de comprar prensa deportiva, creo que mis últimos recortes son de los tiempos del doblete (casi ná), porque siempre tuve la sensación de que se daba más atención a equipos de cuarta regional que a nosotros.

Dicho lo cual aprendí a convivir con ello. Por eso a estos vecinos solo puedo decirles: bienvenidos, bienvenidos a una realidad que los atléticos llevamos sufriendo años y, al mismo tiempo que les recibo en el paraíso de los olvidados les pregunto: ¿acaso queréis monográficos permanentes en prensa, radio y televisión?.

Tras el derbi quise verificar, no sin cierta desconfianza, si aquellos lamentos eran ciertos y, como era previsible la prensa fue implacable… La victoria rojiblanca, según ellos, fue debida a los fallos del rival más que a los meritos propios.

Todos tenemos claro que si el resultado no hubiera sido protagonizado por el Atlético de Madrid, como justo vencedor de aquel encuentro, si la jugada de estrategia que provocó el segundo gol, en las postrimerías del partido, no la hubiera ejecutado un turco llamado Arda Turan sino un brasileño con dotes de boxeador o si nuestro entrenador no fuera un argentino sino un trasalpino hoy se seguiría hablando del resultado como si de una gesta épica se tratase, hoy sólo habría elogios y buenas palabras.

Vistos estos ejemplos objetivos, visto el trato tras el resultado final del partido del derbi liguero y visto el trato tras la final de la supercopa de España sólo puedo decirles a mis vecinos: lo único que no narran los periodistas es la victoria, puesto que la victoria en ambos partidos es del Atlético de Madrid.

Me considero una persona observadora, odio los lamentos, y de hecho no me gusta que me digan que soy “del pupas” pero si acostumbro a llamar al pan pan y al vino vino, he de manifestar que no tengo envidias hacia otros equipos pero es de justicia reconocer que hay ciertas quejas, vengan de donde vengan, que me provocan una risa imparable.

Me pregunto si los lamentos de ciertos seguidores de la capital vienen motivados porque son acreedores de uno de los más grandes pecados capitales, la envidia. Quizá y lo digo con cariño, no es que la prensa os maltrate, es que sencillamente la prensa no cuenta lo que vosotros queréis oír.

Dicho esto lo que si tengo claro es que quienes si sufrimos un vacio mediático somos los colchoneros, vacío que nos acompaña como signo de identidad permanente y que no hace sino hacernos más fuertes, desconfiamos de las homilías deportivas, huimos de los aduladores temporales… solamente creemos en unos colores, en un equipo de fieles gladiadores que cuando salen a la arena están dispuestos a dejarse la piel por aquella tremenda pasión que les domina.

No confiamos en la piedad del César mediático puesto que aquella es temporal, confiamos en el heroísmo de un grupo y, el veredicto final lo daremos sus seguidores, guardianes últimos de nuestra verdadera identidad.

Escrito por Sara de la Varga

@sdelavargaglez