Cada vez se dan con más frecuencia reacciones sorprendentes de musulmanes exigiendo, en ocasiones de manera violenta, que los no musulmanes cumplan las normas coránicas con ataques a personas que comen cerdo o mujeres que según ellos visten sin decoro.
La razón de tanta prepotencia está en primer lugar en los textos de sus escritos fundamentales, el Corán y las Sunnah y Hadith, y en segundo lugar en la educación que dan a niños y jóvenes; en muchos casos a los hijos de radicales se les obliga a aprenderse de memoria al menos el Corán.
El Corán contiene una serie de principios que establecen la obligación de cumplir la Sharia, la Ley Coránica, como única Ley válida y verdadera, a todo el mundo, infieles incluidos, por supuesto. Todo el mundo, todos los continentes, los países, son musulmanes aunque la mayoría estén ocupados por infieles que aplican leyes inválidas y es obligación de los musulmanes no descansar hasta que el Islam haya recuperado lo que es suyo: el mundo entero.
Al joven musulmán se le educa en el desprecio al infiel. Donde rige la Sharía el infiel es poco más que un perro (a los que, por cierto, también odian por orden del Corán) sin más derechos y propiedades que las que quieran concederle los jefes religiosos islámicos, concesión que pueden retirar cuando y como quieran.
El Corán, y la jerarquía musulmana, advierte que el musulmán que emigra a un país no islámico debe mantenerse fiel a la Sharía y no solo no debe cumplir cualquier norma, ley o tradición otra que la Sharía sino que debe obligar a los infieles que le rodean a cumplirla, por esto los musulmanes difícilmente se integran allí donde aterrizan. Es decir, ellos son los únicos que tienen derechos porque creen en la única verdad divina y cumplen sus normas, los demás somos seres muy inferiores a los que debe castigarse y obligar a la conversión o la sumisión. Aunque no todos los musulmanes, ni mucho menos, se guían por estas normas al pie de la letra si lo hacen los más radicales, aunque los aparentemente no radicalizados las conocen bien, y si se dan las circunstancias algunos las pondrían en práctica, porque otra característica en absoluto casual del Islam es que es prácticamente imposible trazar una divisoria entre radicales y moderados. Esta es la principal razón de la prepotencia musulmana en países laicos, pero hay otras.
El Corán también exige al musulmán el perseguir la más infima crítica al Islam por parte de un infiel, y si esta se produce debe aplicar un castigo contundente que nosotros calificaríamos como sumamente desproporcionado. En países regidos por la Sharía un infiel que le falte al más mínimo respeto al Islam fácilmente puede ser condenado a muerte, y en países laicos puede llegar a provocar reacciones sumamente violentas. De hecho la inmensa estupidez de demasiados europeos calificando como islamófobos a los que nos limitamos a explicar la realidad del Islam es un caso de infieles cometiendo la idiotez de aplicar la Sharía por presión del Islam.
En el Corán aparece la siguiente lista de cosas impuras: la orina, las heces, los espermatozoides, los cadaveres, la sangre, los perros, los cerdos, LOS INFIELES, las bebidas alcoholicas y el sudor de los que comen cosas impuras.
Cuando se combina su educación en el desprecio al infiel, con esta lista y un infiel comiendo cerdo, la reacción de un musulmán es imprevisible.
En conclusión, por todas estas razones el Islam es por mucho, y ha sido siempre a lo largo de la historia, la más agresiva de las religiones (si alguien piensa en las cruzadas, es cierto que fueron una barbaridad cristiana, de la que el Papa pidió perdón, pero fue en respuesta a incontables y mucho más graves barbaridades musulmanas de las que nunca pedirán perdón), prácticamente, y al contrario que las demás religiones, es la única que en el siglo XXI, y desde siempre, provoca serios conflictos, que allí donde llega crea muy graves problemas que solo pueden llegar a desaparecer si algún día el Islam se hace con el país, impone la Sharía, la dictadura islámica, y todos regresan a la Edad Media.
Con esta explicación no estoy planteando que se persiga al Islam en Europa, pero si que no se limiten a la acción policial, que se les controle a fondo y muy de cerca en vez de darles todas las facilidades e incluso subvenciones, como hacen nuestros actuales gobernantes, porque si no lo hacemos asi algún día serán ellos los que nos tendrán a nosotros bajo un control durísimo. Curiosamente muchos países europeos toman todo tipo de precauciones con nazis y fascistas, limitando su actividad en todo lo que pueden y en Barcelona se cerró una librería que vendía libros fascistas, acciones todas justificadas, pero en cambio no solo no se hace lo mismo con el Islam radical, hoy en día mil veces más peligroso que el nazismo, sino que se les dan todas las facilidades. Recuerdo a Obama cuando regreso del viaje a Egipto en su anterior mandato diciendo que al Islam se le deben dar todas las facilidades porque es una religión de paz y para evitar conflictos. Recuerdo que cuando lo oi pensé primero que los conflictos los iba a tener de todos modos, incluso que cuantas más facilidades les diese más conflictos tendría, y además, ¿ si es una religión de paz, como puede ser que cree conflictos?.
Por último adjunto varios gráficos muy significativos relacionados con el tema.