El artículo La Prevención, el mejor Tratamiento para la Gripe aparece en consejos
Prevenir la gripe no es fácil, ya que en invierno se pasa mucho tiempo en lugares cerrados, donde se entra en contacto con personas infectadas con el virus, y por tanto el contagio es más fácil y rápido, como en los colegios, centros de salud o servicios de urgencias.
La gripe es una patología producida por un virus. Provoca dolor generalizado, fiebre alta durante 3-5 días y apenas hay síntomas nasales y de garganta. Es distinta al resfriado común, que causa dolor de garganta, obstrucción nasal, goteo nasal, febrícula, poco malestar general y suele durar de 2 a 3 días.
Las medidas preventivas son fundamentales para hacer frente a este proceso patológico. En este sentido, se aconseja practicar una serie de medidas elementales de autocuidado e higiene personal, como lavarse las manos frecuentemente, utilizar pañuelos desechables y taparse la nariz y la boca al estornudar. Si hay alguna persona enferma en el hogar, se recomienda tener su habitación separada de la estancia donde se encuentren el resto de habitantes, y mantener las estancias bien ventiladas.
Las personas más susceptibles de contraer la gripe son aquellas cuyo sistema inmune se encuentra más débil, como ocurre en niños y ancianos, en personas afectadas por situaciones de estrés físico y/o mental y cuando hay enfermedades o tratamientos farmacológicos que reducen la capacidad de defensa del organismo. En estos casos se puede recurrir a productos naturales que fortalecen y hacen más activo el sistema inmune, como son el Ajo añejado, la Equinacea, los Beta-glucanos (procedentes de setas, levaduras y del Alerce), la Uña de Gato, la vitamina C o el Zinc entre otros.
Cuando la bajada de defensas es debida a una situación de estrés prolongado, además de reforzar el sistema inmune se ha de recuperar al organismo del desgaste general que producen estos estados nerviosos. Los combinados de minerales, antioxidantes y vitaminas son una buena opción para este fin. En concreto las vitaminas del grupo B y la vitamina C proporcionan notables beneficios al organismo estresado.
Si la enfermedad no se ha podido evitar, normalmente ni la gripe ni el resfriado necesitan tratamiento específico en pacientes que no padecían de ninguna otra enfermedad. Es muy importante tener en cuenta que se trata de infecciones víricas, y no bacterianas, y que por tanto los antibióticos no son efectivos y no se deben consumir.
La gripe normalmente no reviste ninguna gravedad, aunque produce síntomas molestos como la fiebre y el dolor muscular. Para aliviarlos se recomienda una adecuada hidratación, con agua, caldos o zumos naturales, y, si fuera necesario, el uso de analgésicos y antipiréticos para bajar la fiebre.
La corteza de Sauce es la fuente original del Ácido Acetil Salicílico, y tiene capacidad para reducir la fiebre y el dolor asociados a los procesos gripales. La vitamina C y los Bioflavonoides actúan como anti-inflamatorios y reducen el malestar general. El aceite de Orégano y el extracto de semilla de Pomelo tienen propiedades antivirales, y este último además aporta vitamina C natural.
Para el dolor de garganta que muchas veces acompaña al resfriado el Propoleo o Própolis es un remedio 100% natural y eficaz. Si además se encuentra combinado con otros activos como el Zinc, la vitamina C o el aceite de Menta la recuperación está asegurada.