Escenario del narcotráfico
Las peripecias del narcotráfico entre México y los EE.UU. han dado una rica literatura a ambos lados del Río Grande. Lo que no es tan habitual es encontrarnos novelas que sigan hechos reales a la vez que utilizan una excelente trama de ficción para mostrarnos el convulso y complejo escenario del tráfico de drogas en ese lugar del mundo. Pues esto es básicamente La primavera del mal, una historia de traficantes de drogas mexicanos, que nos van contando las vicisitudes propias de su labor, y muestran las fuerzas sociales, políticas, legales y económicas que se entretejen, sostienen, y a su vez son sostenidas por dicha actividad.La novela nos relata la historia del coronel revolucionario Benito Guadalupe Serrano, que se convierte en un personaje fundamental del tráfico de drogas con los EE.UU., a partir de los años 30, cuando arrebata este próspero negocio a los chinos que dominaban anteriormente este mercado. El relato nos va describiendo el desarrollo de la estructura de este próspero negocio, en el que intervienen el hijo del protagonista Bernardo, su ahijado Raúl Duval, y en el bando contrario, en el de la legalidad, la figura del agente federal gringo Jimmy O. Ball. Para que nada falte en este apasionante relato, se generará un triángulo amoroso incendiario alrededor de la cantante y actriz Carmela del Toro. Todos estos personajes son ficticios, pero en ellos hay señales de personajes reales y, en algún caso, algún homenaje oculto.
la viscosa doble moral estadounidense
Y mientras se nos va relatando las cuitas personales y de negocios durante más de veinte años de esta familia del narcotráfico, van apareciendo también personajes históricos que directa o indirectamente, o a través de decisiones políticas, tuvieron mucho que ver con este monumental negocio. Así nos encontraremos con el brutal gobernador Maximino Ávila Camacho; el gánster Lucky Luciano; el presidente de la república mexicana general Lázaro Cárdenas; el doctor Salazar Viniegra, que en aquellos tiempos previos a la II Guerra Mundial, abogaba por un tratamiento del consumo de marihuana, más desde lo terapéutico, y promoviendo su legalización; o la figura del primer presidente mexicano civil Miguel Alemán.
Y en esta narración de ficción, preñada de hechos y personajes históricos, se nos va relatando la infección social, política y económica que significó para México el cultivo y tráfico de estupefacientes hacia el gran vecino del Norte; cuya actitud hacia este tráfico irá variando al compás de determinados influjos (por ejemplo, durante la II Guerra Mundial, los EE.UU. hicieron la vista gorda al tráfico de morfina, al perder sus suministradores clásicos en el Sudeste asiático o en Oriente Medio), a la vez que muestra la viscosa doble moral estadounidense y la destrucción del tejido social, por la violencia y corrupción que asolaron, y asolan, las estructuras sociopolíticas de México.
Otro valor añadido de esta novela es que nos muestra las actitudes que, en el lado mexicano, tienen los productores y traficantes de sustancias ilegales; actitudes que raramente tenemos ocasión de conocer, y cuyo conocimiento hace pensar muy mucho sobre los estereotipos y presuntas verdades incuestionables que se tienen sobre el consumo de drogas.
En definitiva, Haghenbeck logra una gran novela, en la que la crónica histórica no recarga el relato de ficción, sino que lo dota de densidad y sentido. Una novela que resulta ser como un tapiz, cuya trama son hechos históricos, pero en el que han sido magistralmente dibujadas una serie de historias de pasión, amor y muerte, hasta culminar todo ello en un libro de los que no se pueden dejar de leer.
Y por último, intrigados por el significado del título, Haghenbeck nos ha hecho saber que, siguiendo a Igor Strawinski, con su Primavera del mal, nos propone la descarnada crónica de los primeros años de un mal que ha asolado y asola, con su brutal violencia y su asfixiante corrupción, la vida de los mexicanos. Suma de letras, 2014Compra en Estudio en EscarlataJosé María Sánchez Pardo