¿Quién de vosotros no ha sufrido alguna vez dolor de cabeza coincidiendo con un brusco cambio de tiempo (tan típico en primavera), sobretodo cuando llueve o está nublado?
Está demostrado que la cefalea es una enfermedad estrechamente ligada a factores medioambientales, hereditarios, de sexo, de edad y a los cambios de tiempo. Durante la primavera, los especialistas advierten de un aumento de los diferentes tipos de cefaleas y de los dolores de cabeza en general.
Un estudio publicado en la revista Neurology (2009 Oct 27; 73 (17):1428)1 y llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) en más de 7.000 pacientes, comprobó que los cambios meteorológicos, como un aumento de la temperatura y un descenso de la presión atmosférica, eran factores que incrementaban el riesgo de padecer dolor de cabeza.
Esto en parte sucede porque los cambios de tiempo que se producen en esta estación del año, con variaciones en la presión atmosférica y la temperatura, son factores que actúan como desencadenantes de estas patologías.
Muchas veces las personas que padecen cefaleas “presumen” de adivinar el cambio de tiempo antes de que se produzca por la aparición del dolor. Y efectivamente, hay personas que sufren crisis cuando se van a producir cambios atmosféricos.
El Dr. Hugo Liaño, Jefe de Neurología del Hospital Puerta de Hierro y experto en cefaleas por la EFNS (European Federation of Neurological Societies) y MEDED (Medical Education) de Estados Unidos, comenta que: “los cambios meteorológicos en sí no son la causa de las cefaleas, sino el factor desencadenante, que se exacerba con las variaciones meteorológicas. Quienes las padecen sufren más ataques cuando el tiempo es inestable, especialmente cuando se nubla, baja la presión barométrica o llueve”.
Según el Dr. Liaño, existen dos posibles explicaciones sobre la influencia de los cambios meteorológicos en la cabeza. La primera de ellas podría relacionarse con el sistema musculo-esquelético de la cabeza o el cuello. “De todos es conocido la influencia que tienen los cambios meteorológicos en la percepción del dolor de los enfermos reumatológicos. Nuestra cabeza tiene huesos y se soporta en las vértebras cervicales, de modo que podría haber una causa relacionada con el sistema músculo-esquelético de nuestra cabeza y cuello”, explica el Prof. Liaño.La segunda hipótesis está relacionada con la serotonina, un neurotransmisor que se encuentra en varias regiones del sistema nervioso central y que tiene mucho que ver con el estado de ánimo. Según el doctor, “la inestabilidad meteorológica favorece las modificaciones del estado de ánimo y ello afecta a la serotonina, que es uno de los neurotransmisores más relacionados con la cefalea. En los pacientes con tendencia a cefaleas podría ser también un efecto desencadenante“.
Más de tres millones de españoles (14%) padecen cefaleas, de los cuales dos millones son mujeres, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Pero se piensa que estas cifras son inferiores a las reales por dos razones: porque muchos pacientes no consultan al médico, y porque el diagnóstico no es correcto en todos los casos.
“La cefalea es uno de los síntomas por lo que más se va al médico de atención primaria, y el principal síntoma neurológico que motiva consulta médica” afirma el doctor Liaño.
Por otra parte, la cefalea tensional se considera a menudo una molestia más que una enfermedad y es el típico dolor de cabeza que cualquier persona sufre alguna vez. De hecho, se estima que el 90% de las personas ha padecido en el último año al menos una cefalea de este tipo.
En la mujer, que padece más que los hombres, las oscilaciones hormonales de los ciclos, la menstruación, el embarazo o la menopausia, son algunos de los principales desencadenantes de las cefaleas.
Para combatirlo el Dr. Liaño recomienda evitar los psicofármacos y los llamados analgésicos compuestos, en los que se añade cafeína o codeína al calmante. Apunta que “estos medicamentos crean hábito, y las cefaleas, con el tiempo, pasan, por su uso y abuso, de esporádicas a crónicas. Es mejor tomar antiinflamatorios no esteroideos, con las debidas precauciones, como es el ácido acetilsalicílico ( más conocida por Aspirina) o paracetamol. Pero siempre en la dosis adecuada, no en cantidades escasas e ineficaces. Si es posible optar por el formato granulado, ya que es la que se absorbe mejor”.
¿Y vosotros? ¿Habéis sufrido algún dolor de cabeza ultimamente coincidiendo con alguno de los cambios bruscos de tiempo que estamos sufriendo estos días? ¿O por alguna otra causa? Estaré encantada de leer vuestros comentarios.Besos desde mi blog!!!