Entre las tropas que desembarcaron en las playas francesas de Normandía había un buen número de periodistas para cubrir las operaciones militares, pero ningún periodista era mujer.
En realidad si hubo una. Una intrépida periodista, Martha Gellhorn, la tercera esposa de Ernest Hemingway.
Martha, como reportera de la revista Collier`s Weekly, había enviado sus crónicas desde todos los frentes; pero no le permitieron partir de gran bretaña con las tropas aliadas. Ante la negativa del Estado Mayor aliado, la dirección de Collier’s le ofreció a su marido la misión de cubrir el desembarco pero a Martha le pareció una tremenda injusticia. Tanto es así, que en 1945 se divorció de Hemingway, que nunca aceptó que ella también fuera reportera de guerra.
Martha decidió ir con los soldados, costase lo que costase. Engañando a un oficial naval se coló en un barco-hospital y se encerró en un baño hasta que el barco zarpó. Se la ingenió para hacerse con un uniforme y hacerse pasar por camillero. Nadie se fijó en si aquel camillero era chico o chica. Así consiguió poner rumbo a Francia.
Al principio ayuda a varias enfermeras con los heridos que van llegando. Para ella no es suficiente y decide aventurarse hasta las playas para recoger a todos los heridos que pueda y cargarlos en las lanchas de desembarco que vuelven hacia los barcos-hospital. En uno de esos viajes fue descubierta y detenida por la Policía Militar e internada en un campamento de enfermeras. Finalmente consiguió llegar a las playas normandas antes incluso que el propio Hemignway.
Tras una vida llena de emociones, se suicidó, a los 89 años, enferma y casi ciega.
Fuente:
Wikipedia
Cliomuse
ABC
Rob Around Books
Diario del Viajero