Revista Cultura y Ocio

La primera noche fuera de casa

Por Vega Rot @devueltaalagua

Cuando oí la primera vez algo de esta excursión [A.] acababa de empezar el cole y no tenía ni 2 años. En ese momento juré que mi niña no iría a dormir fuera de casa con 5 años ella solita…

Albergue de excursion
Y como tantas otras cosas que he dicho a lo largo de mi vida, sobre todo relacionadas con mis hijas*, me lo voy a tener que comer con patatas y el momento ha llegado. Mi pequeña [A.] se va de excursión con el cole a un albergue aquí cerca, a pasar su primera noche sola fuera de casa.

Sin lugar a dudas yo lo llevo mucho peor que ella. Cuando llegó el primer día a casa hablando de la excursión la niña no estaba muy convencida del tema, y unos días decía que quería ir y otros que no. Desde el primer momento le expliqué que ella tenía que decidir si iba o no. No le íbamos a obligar, y tampoco le pensábamos convencer para que fuera. He de confesar que cada vez que decía que no quería ir me alegraba el día… Pero luego me paro a pensar en lo divertidos que son ese tipo de planes y me da muchísima pena que se lo pierda. Así que para variar me porté de una manera madura y le propuse a [A.] ir a merendar una tarde de Sábado al refugio donde van a pasar la famosa noche. Así al menos eliminábamos la incertidumbre del lugar. Nos iba a venir bien a las 2. Ella se iba a sentir más segura, y yo veía el sitio y sobre todo conocía el camino por si tenía que ir en caso de emergencia. Si, ya se, las madres siempre pensando en lo peor, pero cuando una de mis sobrinas fue al sitio este, le tuvieron que ir a recoger a las 12 de la noche con unas anginas de campeonato, así que madre histérica prevenida vale por dos… Y si, ya he memorizado el lugar en google maps, no vaya a ser que lo necesite.

Una de las cosas que más nerviosa me ponía de este tema es que por alguna razón, el cole no da ningún tipo de noticia de los niños en los 2 días. No pido que me cuenten si mi hija se ha comido todo el plato o si se ha dejado el postre, pero un “hemos llegado” por mail sería de agradecer. No cuesta tanto, y viendo el camino de acceso al lugar creerme que sería todo un detalle que nos informaran de que habían llegado sanos y salvos. Hice una petición formal a la profesora de que nos dieran algo de información, dispuesta a organizar una revolución con el resto de madres en caso de que se negaran. Por lo menos es algo de lo que me puedo despreocupar ya, porque me han dicho que van a publicar fotos de la excursión vía redes sociales (¡benditas redes sociales!).

Así que nada, ya solo me queda hacerme la animada y preparar las cosas del planazo de mi princesa que cada día que pasa se hace un poco más mayor, le pese a quién le pese. Se aceptan de buen grado comentarios agónicos de otras madres que están o han estado en el mismo caso. Y no, no me consuela nada saber que todas habéis pasado por lo mismo. ¡Por favor, que pase pronto!

 * El otro día oía a Laura Baena del Club de MalasMadres comentar que todas éramos mucho mejores madres antes de ser madres, porque después nos tenemos que retractar continuamente. Me reía yo sola. Secundo este comentario al 100%, soy una claro ejemplo de “donde dije digo digo Diego”. 


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