Cómo pasa el tiempo y parece que fue ayer. El 6 de agosto de 1991 Tin Berners–Lee publicó la primera página web de la historia en un servidor del CERN. Aunque el público tuvo que esperar casi un año a que el servidor fuera accesible por todo aquel usuario que lo quisiera.
Esta web, la de la imagen, no contenía más que unos cuantos enlaces y texto. Era muy sencilla y no contaba con imágenes ni apenas opciones de estilo. Pero ya estaba hecho. Gracias al trabajo realizado por Tin Berners–Lee años antes ya era posible compartir información entre grupos y personas que utilizaban distintos sistemas, incompatibles entre sí. La revolución había comenzado y de eso ya 25 años.
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