
La hija del esclavista
Nancy Witcher Langhorne nació el 19 de mayo de 1879 en Danville, en los Estados Unidos. Sus padres se llamaban Chiswell Dabney Langhorne y Nancy Witcher Knee y tenía siete hermanos. Su padre había sido un hombre de negocios que había sufrido la abolición del esclavismo pero que pronto recuperó su fortuna invirtiendo en sectores como el ferrocarril.
Nancy vivió una infancia rodeada de lujo en una mansión en Virginia conocida como El Mirador. Con dieciocho años conoció al que sería su primer marido mientras cursaba sus estudios en la ciudad de Nueva York.
Su primer matrimonio, del que nacería un hijo, Robert, fue un auténtico desastre y solamente duraría escasos seis años. Tras la muerte de su madre, Nancy con su hijo del que consiguió la custodia y una de sus hermanas, Phyllis se trasladaron a vivir a Inglaterra.
La esposa del vizconde
Poco tiempo después de su llegada Nancy se casaría en 1906 con Waldorf Astor, hijo de un vizconde y de origen también norteamericano. Empezaba entonces una vida de lujo a caballo entre Cliveden, una propiedad situada en Buckinghamshire y una fastuosa mansión londinense. Nancy se había convertido en toda una anfitriona de lo más refinado de la capital inglesa y empezó a entablar interesantes contactos que utilizaría posteriormente en su carrera política. Uno de los personajes más curiosos que conoció en aquel tiempo fue Phillip Kerr, marques de Lothian, con quien se acercó a las creencias del cristianismo científico.
Durante la Primera Guerra Mundial, Nancy Astor se volcó en ayudar a los soldados convirtiendo su mansión de Cliveden en un hospital para soldados canadienses.
Cuando en 1919 fallecía su suegro, Waldorf Astor heredaba el título de vizconde y Nancy se convertía a su vez en vizcondesa. Aquello sería también el primer paso para llegar al parlamento británico.
La parlamentaria
El ya entonces vizconde Astor tuvo que dejar su escaño por Plymouth Sutton al convertirse automáticamente en miembro de la Cámara de los Lores por su nuevo título nobiliario. Fue entonces cuando Nancy se planteó seriamente ocupar el lugar de su marido en la Cámara de los Comunes.
En una campaña electoral bastante reñida, Nancy consiguió su escaño que ocupó el 1 de diciembre de 1919. Su papel como parlamentaria destacó más por lo que dijo que por lo que hizo. Con una particular capacidad de decir y defender cosas a menudo inadecuadas, Nancy se negó a una ley del divorcio, a pesar de haberse divorciado ella misma en los Estados Unidos, no defendió precisamente a las sufragistas y no tuvo inconveniente en verbalizar opiniones crueles que le granjearon más de un enemigo dentro y fuera del parlamento. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Nancy Astor hizo algún comentario que la posicionaron demasiado cerca de las ideas antisemitas y de los defensores del nazismo en Inglaterra. Sus actividades solidarias, que continuó durante aquellos años, no compensaron el daño que hacían sus propias declaraciones. Un retiro obligado

Series que hablan de ella
