La primera vez fue dolorosa, pero yo no lo sabía, dolió cuando le envié una carta a un niño en el colegio, expresándole que me gustaba, el a cambio me la devolvió diciéndome que sería mi novio si todas las mañana salía a correr con el atada de un lazo de su bicicleta y si me ponía a dieta de agua…
Las otras veces dolió mas…pero no me di cuenta…dolía internamente y se hacia un nudo ciego en la mente que nadie desataba y me convertía poco a poco en una chica llena de inseguridades y miedos. También dolió cuando iba camino a casa y los jóvenes de la calle me decían apodos, dolía cuando los chicos ponían sus manos donde no debían y yo no decía nada porque no sabía a quién hablarle. A mama? Mama nunca hablo de temas íntimos conmigo, como decirle lo que me pasaba?. A la profesora? Y si no me creía? y si me juzgaba? A quien? No había nadie y quede con la secuela del maltrato…
La otras veces ya era más grande y no me daba cuenta que también me dolían mas cosas, como cuando pensaba que debía acostarme con mi novio aunque no quisiera, para que no me dejara, pero y yo quería o no quería? Estaba preparada o no? Allí dolió también sin ser consciente de que dolía, porque el no tener la libertad de elegir duele y queda la cicatriz.
Luego dolieron otros más…
Dolió el que me utilizo para lograr un mejor trabajo y escala de relaciones, dolió el que me mintió y solo quería sexo y el por no hablar claro y hacerme creer que luego sería su novia, su amor ideal y el mío? también dejo marcas de dolor…Dolió mi pareja de años que me maltrato con palabras, dejándome semillas de inseguridad, donde me termine creyéndome su falso y estúpido discurso por varios de mis valiosos años: donde me creí “que era incapaz”, “quedada, “que pensaba poco”, que “era fea”, “que no era buena amante”, “que no le satisfacía a él” ( y el si será capaz de satisfacerme a mi o a alguien?) …Esto que me permití vivir, creer y aceptar, dolió más que muchos otros hechos que también dolieron…porque quitarme la cicatriz fue como ver por primera vez después de ser ciega. Y era ciega porque no veía que eran sus prejuicios, su ignorancia, su edificación como hombre y todo con lo que él había llenado la información en su cabeza ( lo cual no era precisamente una verdad ) lo que me había maltratado a mí y yo me lo había creído, como si él tuviera también el poder de la verdad.
Y de allí en adelante dolieron las veces que me le creí el discurso a los medios de comunicación, a los lugares de empleo, a la sociedad, a las amigas, a los hombres y a mi entorno y contextos sociales que dejaron cicatrices marcando años valiosos de mi vida, marcando mi corazón, mi “curriculum” de desarrollo personal y mi alma… hasta que un día volé y al volar descubrí que todo era parte de un engaño social, que yo no era lo que ellos decían, que me había metido discursos y los había aceptado como verdades. “Verdades” de ellos, que por las secuelas de construcción y edificación en su desarrollo y evolución social habían creado como ideal de mujer, de perfección y encuadre de prototipo femenino.
Pero luego y creo que hasta ahora es la última vez que me dolió, fue el día que un “hombre” uso la fuerza, el abuso, el engaño, las drogas y el poder para intentar abusar físicamente de mi cuerpo y mi ser ( un hombre de mi mismo país en otro país, al otro lado del atlántico…) quizás uno de esos que llevaba consigo toda esa contaminación mental encima y había volado con ella o alguien más de esos que por razones de la vida, su proceso de infancia fue de maltrato, mala información y edificación en modo error y luego crece haciendo daño a otras mujeres. El porqué de esto es más largo de analizar, pero solo puedo decir que allí dolió más profundo, más fuerte y más impactante que otras tantas veces de daños y agresiones en el pasado. Pero allí también sucedió el impacto necesario para abrir los ojos, la mente, el alma, mi ser, mi ego, mi amor propio y descubrir que ni él, ni nadie, ni los anteriores, ni los presentes y mucho menos los futuros tenían derecho de violar mi cuerpo, mi mente, mi ser y mi sentir…que no podía seguir caminando por la vida permitiendo que los demás dijeran, hicieran y creyeran lo que a ellos se les daba la gana y me dieran El VALOR que ellos no tienen ni la menor idea que tengo. Porque mi valor y el tuyo ( mi bella lectora ) no tiene precio y está por encima de cualquier sociedad, persona, contexto, hombre o grupo equivocado y marcado en realidad por un desarrollo irracional y edificado sobre lo superficial, el maltrato, el machismo, la soberbia, la falta de respeto, de valor y de profundidad y amor a lo real y natural. Pero el día que reconozcas en ti cuanto vales, que los demás no son los que deciden sobre ti, que todo depende del lugar y contextualización social del pensamiento crítico de donde te encuentres (país, ciudad, entorno, grupo, nicho, tipo personas, educación y hasta clase ) allí podrás ver que estas por encima de todo y el poder más grande esta en ti y si aceptas creer mi mayor afirmación el poder más grande de tu valor en el mundo está y te lo da Dios y de allí parte todo. Así que aunque soy consciente que la primera vez importa, lo más importante es que siempre puedes crear nuevas primeras veces. By Elimer León (Eli More).