El último PRINT que editamos y enviamos desde Impresum el pasado año estuvo protagonizado por la magia de Susana Blasco. En ese número, que podéis descargar aquí si no os llegó, conocimos la historia de Blasco: de coleccionar fotografías encontradas en los mercadillos callejeros de Londres a cruzarse con el diseño, mientras estudiaba dos carreras que no le motivaban: «Me di cuenta de que (el diseño) condensaba muchas cosas que me interesaban, y, por ese lado, vi como una salida».
Y de ahí, tras alguna experiencia laboral no muy satisfactoria, ahondar en su faceta artística a través del cúter, la regla y el sentido compositivo. Su manera de entender el collage pasa por no ponerle límites, por experimentar más allá del papel. «Así es, para mí esto es como el principio de algo. De hecho, cada vez que experimento un poco fuera de los límites de lo que es el collage, es donde voy encontrando cosas que me interesan, las telas, los murales… me flipan mucho».
Esta no es la primera vez que los caminos de Impresum y Susana Blasco se cruzan en una publicación. Número 4 de la revista Gràffica, monográfico sobre la creatividad. Los editores deciden hacer cuatro mil portadas distintas. Se lo encargan a Susana. Se imprimirá en Impresum.
«Es un estupendo ejemplo de que en mi trabajo siempre hay un punto de locura. Me gusta cuando la gente me propone cosas y me avisa de que no me asuste. Cuando me llamó Víctor Palau (editor de Gràffica) para proponérmelo mi emoción iba aumentando a medida que me iba dando la información. La portada será un collage… hay que hacerlo digitalmente en la imprenta… cuatro mil portadas distintas… va a ser en tinta blanca sobre tres tipos de papeles diferentes».
Para Susana significó un reto brutal: «me estaba enfrentando a algo que nadie sabía si podíamos hacer. Teníamos todas las piezas, pero hasta que no las pusiéramos juntas no sabíamos si funcionaría». Quedó muy satisfecha tanto del trabajo como del proceso de elaboración. «No conocía ni a Impresum ni a Dani Matoses, pero fue una maravilla trabajar con ellos. Todos los problemillas que fueron surgiendo se resolvieron. Alucinaba con que un proyecto como este hubiera fluido así». Seis años después de aquel encuentro, y salvando todas las distancias que se quieran, Print los ha vuelto a unir.
Y, como sabéis, siempre aprovechamos nuestros PRINT para preguntar por su primera experiencia en una imprenta. Esto es lo que nos contó Susana:
«No consigo recordar cuándo fue mi primera vez en una imprenta. Imagino que sería mientras trabajaba en la fotomecánica. En algún momento en los que les llevábamos los trabajos. Me acuerdo, eso sí, de una imprenta muy grande con la que trabajábamos que se llamaba La Moderna. Yo siempre quería ir, porque me gustaba más la imprenta que la fotomecánica. Ibas a la imprenta y era todo más alegre. Y el ruido, y veías el resultado. Era todo como más rápido. Me pasaba mucho rato ahí aprendiendo, hablando con la gente, para mí era como superimportante y formaba parte de mi trabajo también. No era entregar lo que llevabas y desentenderte. Me quedaba a ver cómo quedaba, si había hecho alguna corrección comprobaba el resultado final de la misma… Me gustaba, me gustaba estar en la imprenta.».
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Extracto de la entrevista de Rafa Rodríguez publicada en PRINT nº12. Fotos: María Mira
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