"La magnificencia y la galantería nunca brillaron en Francia con tanto esplendor como en los últimos años del reinado de Enrique II." Así da comienzo La Princesa de Clèves, novela de Marie-Madeleine Pioche de La Vergne, más conocida como Madame de La Fayette, publicada por primera vez en marzo de 1678 de forma anónima. Como Cristina Piña muy bien comenta en el prólogo de la edición de Losada, es este todo un inicio al más puro estilo cuento de hadas. Pero La Princesa de Clèves es una obra más completa y compleja que un simple cuento de hadas. De hecho, es considerada la primera novela psicológica.
La Princesa de Cléves fue todo un acontecimiento en el momento de su publicación al enfrentar al lector por primera vez a situaciones realistas, alejadas de las historias increíbles que estaban acostumbrados a leer hasta entonces, en un formato mucho más breve de lo acostumbrado y con personajes cercanos, de carne y hueso, no meras comparsas arrastradas por los numerosos avatares a los que se veían enfrentados. Y sigue sorprendiendo al lector, y muy gratamente, la lectura de una novela de estas características, escrita por una mujer y allá por el siglo XVII.
La presentación en sociedad de nuestra heroína, Mademoiselle de Chartres , en la corte de Enrique II supone todo un acontecimientos. La joven, de apenas dieciséis años, deslumbra por su belleza, su recato y virtud y sus modales refinados y elegantes. Pero la Corte está llena de intrigas y enemistades y, por culpa de estas, la protagonista verá impedida su posibilidad de hacer un enlace a la altura. Animada por su madre consentirá en el matrimonio con el Príncipe de Cléves, un partido a todas luces por debajo de las expectativas iniciales.
Este matrimonio se manifiesta claramente desigual en los afectos: el esposo muestra una pasión que la esposa no puede corresponder. Y todo se complica con la aparición del duque de Nemours. Ambos se enamoran rendidamente. Y es a partir de este momento cuando nuestra heroína ha de medir sus afectos y sus lealtades. Su reconocimiento ente su esposo de esta inclinación suya hacia el duque acabará por desencadenar una serie de acontecimientos. Las dudas de Madame de Clèves, sus miedos a no ser finalmente correspondida o a la traición, sus temores a dejarse llevar por su pasión desoyendo así sus deberes morales, todo ello librará una lucha frenética y agotadora contra su incontenible e irrefrenable amor. La historia se desarrolla entre octubre 1558 y noviembre 1559 y la mayoría de los personajes que pululan por sus páginas son personajes históricos, a excepción de la heroína protagonista, lo que contribuyó, junto con el magnífico estudio y tratamiento psicológico de los personajes, a ese realismo y verosimilitud que mencionábamos. La Princesa de Cléves es todo un clásico que supuso un punto de inflexión en el desarrollo de la novela y que merece la pena ser leído. P. D. Si queréis ver la película, os dejo AQUÍ el enlace a una versión muy fiel al libro de 1961; eso sí, está en francés. ¡Gracias por compartir!