Revista En Femenino

La princesa del guisante

Por Peineta

Me supongo que después de 9 meses de embarazo complicado y guerrero yo me esperaba parir una borroka con corona de princesa y aires destroyer, pero no el destino me tenía preparado un final más movidito, que mejor que una princesa del guisante para terminar de minar mis pocas dotes de madre paciente. Este post sencillico y escrito en 7 días con 45 interrupciones (que de tiempo libre tiene una bimadre), es para presentaros a neskatilla en pura esencia, así sin trampas ni cartón, que veo que instagram os tiene muy camelados a todos y luego una queda de quejica.

Confieso que desde que nació lo que más me acojonó fue su mirada, todo aquel que conoce a neskatilla sabe que desde bien pequeña dice mucho con sus ojos. Su especialidad es ponerlos como platos cada vez que alguien pronuncia la palabra “dormir”, sí señores, mi princesa con estar encima de los colchones tiene suficiente y sus siesta de media hora le sirven para estirar su delicado, atópico y por culero cutis. Dicho esto según quien lo diga y en qué momento suele ir acompañado de un escupo chupete para que quede claro mi asombro.

No sé le ocurra a usted plantarse delante del carro sin previo aviso porque llora, no coja el mismo ascensor que nosotras ya que si al abrir las puertas ve su careto y no le parece familiar, puede echarle mirada laser u optar por montar un pollo del quince, a pesar de que sea su santa abuela. En esta casa su hermano tiene la especialidad de ponerla de un salto enganchada a la lámpara, porque qué es eso de entrar en su cuarto sin previo aviso y subirse en un banco para verla, su majestad la del guisante no te  espera y si no has pedido audiencia lo único que consigues es asustarla y por consiguiente llanto compungido. Su santo padre conocido como el gorila, si se le ocurre estornudar, tenemos llanto para una media de diez minutos y por consiguiente no quiere saber nada de él en un buen rato, quien pringa?? Aquí la madre de la princesa, que ya tiene el tranquillo pillado y suele pedir por ejemplo al aitona que se suene los mocos a un kilómetro de distancia porque sino la niña se queda en estado de shock.

guisante

Lámina ideal de Puntadas y Enredos que se la ha ganado neskatilla a pulso

 En cuanto a temas tan íntimos como el vestir, tiene ella sus manías, por no decir que con las lorzas que me gasta y el bolo que tiene por cabeza la cosa suele ser arduo complica. Ahora hemos mejorado desde que le comenté si pensaba llorar de la misma manera a su novio cada vez que la desnudara, pero vestir a la princesa es toda una tarea de cuquimonas, llaves de judo y varias maniobras. Eso sí como buena princesa póngala usted delante del espejo después porque a ella le gusta observar y mirarse (los selfies los lleva mejor que yo). Yo supuse que a su majestad le vendría bien una buena cocinera en el reino, pero después de dos semanas con mi ropa espurreada de fruta, baberos que parecían venir de la guerra de Kósovo y cientos de compotas tiradas por la fregadera he comprobado que a la princesa lo que mola es el bufoneo. A ella le mola tenerme enfrente para reírse cada vez que hace caca hasta la cintura o en su defecto ombligo, mientras observa como sacas miles de toallitas para arreglar ese berenjenal o simplemente para tenerme cada momento de dormir cantándole once veces, mínimo, la misma nana con esta voz milagro que me ha dado dios (nada como ser madre para quitarte tus frustraciones de Karaoke). Si además su hermano, padre y yo podemos hacerle una coreografía con alguna cancioncilla de turno mejor que mejor. Ella de noche tiene la costumbre de llamar al servicio en modo rebaño “ehhhhh” a eso de la mitad de la madrugada vaya que alguien duerma algo más que ella y tengamos un cutis decente. Eso sí como ella se despierta con el zumbido de una mosca…el silencio en esta casa se ha convertido en una premisa de pura supervivencia, sabemos que el sueño de la guisante son horas de descanso para nuestros cuerpos y brazos, porque a ella le mola ir en brazos o mochila y observar todo desde arriba si además  puede dar un manotazo con ese movimiento que me traigo últimamente de gato latón del chino ni te cuento.

Conticoneso como diría mi abuela, cada día la estrujamos más a pesar de que no se deje, nos morimos con sus ojazos y sus lorzas y no se crean excepto a las horas de la madrugada en general ya casi nos hemos hecho a ella, he dicho casi…Estoy esperando el mes en que pueda quitar el guisante y la princesa se convierta en una plebeya maja dispuesta a convivir con su pueblo llano. Mientras seguiré dándole a la coca-cola, al chocolate negro, a las gominolas y me consolaré con esa frase de “pero qué guapa es no??” que a veces me hace pensar que tenemos que ser feos con cojones para que la gente cuestione tanto la belleza de mis churumbeles ;-)


Tagged: a especialita no la gana nadie, amor de madre, botes de panciencia infinita, madre de una princesa, maria sustos y sus delicadezas, neskatilla
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