La problematica social de la fontanería moderna y Pérez-Reverte

Arturo tras esquivar el ataque de un lavabo asesino

Nunca he sido un especial amante ni especial enemigo de Pérez-Reverte. Hay artículos que detesto -especialmente alguno- y otros que me gustan mucho, sobre todo los que tienen que ver con la temática histórica la cual me interesa y que el ha demostrado conocer de sobra. Pero el último artículo que escribió para el XL Semanal me parece de lo peor que he leído en mucho tiempo, tanto que creo que leerlo es una soberana estupidez, una perdida de tiempo en toda regla. Su título es “Secadores de aire y otras sevicias“. No tengo claro cual puede ser el origen de tan irrelevante artículo, más parecido a un olvido del compromiso del autor con la publicación y recordado justo a tiempo en los lavabos de la redacción, pero me parece de muy mal gusto.

¿Por qué creo que es de mal gusto? Mientras hay millones de parados y personas que mal viven en nuestro país el autor se regodea de lo que le molesta es que cuando va a un restaurante “supermegapijo” tenga que “abrirse la bragueta a oscuras, apuntando al buen tuntún en la noche procelosa” y sufrir la traumática experiencia de que cuando vaya a limpiarse las manos, si el lavabo es de diseño moderno, le salpique en la cintura. ¡Con lo elegante que iba el pobre hombre! Así no hay quien disfrute la “espuma de erizo deconstruida al jarabe de grosella con virutas de morcilla ibérica”. Triste vida. Se le debería caer la cara de vergüenza.