Revista Ebusiness

La Productividad 2.0 en la Empresa – Ahorrar Innovando

Por Jmbolivar @jmbolivar

e20biz1 La Productividad 2.0 en la Empresa   Ahorrar InnovandoEl próximo jueves 17 de mayo estaré participando, junto a Jeroen Sangers, en el Congreso de Empresa 2.0 y Social Business de Sevilla.

Será en una mesa redonda en la que, bajo el título “La Productividad 2.0 en la Empresa – Ahorrar Innovando“, intentaremos transmitir una visión distinta de la productividad, moviéndonos hacia un contexto más amplio y ajustado a la realidad actual que los que nos pueden ofrecer los obsoletos modelos del siglo pasado.

Decía hace poco en twitter que “El principal enemigo de la productividad en muchas empresas es la incapacidad de sus directivos para cuestionarse sus creencias” y creo sinceramente que es así. Por este motivo, uno de los objetivos de mi intervención es provocar un proceso de reflexión crítica sobre la validez de los paradigmas en los que se sigue operando en muchas direcciones de empresa.

Como casi todo el mundo sabe, la productividad es un ratio entre la producción obtenida en un determinado periodo de tiempo y los recursos utilizados para obtenerla. En las teorías económicas tradicionales, los recursos pueden ser de tres tipos: trabajo, capital y materias primas, siendo también posible el cálculo individualizado de la productividad para cada uno de ellos. Por ejemplo, la productividad del trabajo se expresa como la cantidad de producto obtenida por hora trabajada.

Lo primero que destacaría del concepto económico de productividad es que está muy vinculado a entornos de producción tipo “cadena de montaje“, característicos de la primera época de la Revolución Industrial. Los elementos a los que se refiere, productos, horas trabajadas, capital y materias primas, son todos ellos elementos tangibles, homogéneos y fáciles de medir.

¿Hasta qué punto siguen siendo válidos estos conceptos en la Economía del conocimiento? A primera vista, me llama la atención que la productividad se fije únicamente en el cuánto, ignorando por completo el cómo. El cuánto tiene sentido en una cadena de producción pero en el trabajo del conocimientola tarea no es evidente, hay que determinarla” como decía Drucker. Ahí, la decisión de qué hacer y cómo y cuándo hacerlo es tan parte del proceso de generación de valor como el cuánto. En mi opinión, una definición de productividad que ignore este hecho, es una definición incompleta.

También me sorprende que tenga únicamente en cuenta el coste dejando de lado el valor. Si soy la mitad de productivo que mi competencia pero el cliente está dispuesto a pagar tres veces más por mi producto, ¿quién lo está haciendo mejor, mi competencia o yo? Cuando hablamos de commodities, el precio manda pero cuando no es el caso, lo que manda es la propuesta de valor.

Y, por supuesto, me preocupa que ignore la existencia de costes ocultos, que dé por sentado que las horas trabajadas son homogéneas o que influyen linealmente en la productividad, algo que, evidentemente, no es cierto fuera de una cadena de montaje, y también que no considere la productividad desde un enfoque sistémico.

Por otra parte, ¿hasta que punto está relacionada la productividad con la competitividad en el entorno actual? Si la actividad de la empresa es la fabricación de un producto, probablemente la correlación exista y sea significativa. Pero si se trata de un servicio, ya no es tan evidente y si el servicio es online, probablemente la influencia de la productividad en la competitividad sea marginal.

Siguiendo con las preguntas, ¿qué modelo productivo queremos? ¿Realmente hay alguien que crea que podemos competir en costes con países como China? ¿Crees que “asiatizar” nuestra economía es una solución? ¿Qué significa “ahorrar” en la Economía del conocimiento? ¿Es siempre el ahorro de costes el camino más efectivo para ser competitivo?

Hay que superar los viejos modelos lineales porque son insuficientes para explicar la complejidad de la realidad actual. La red es mucho más compleja que la jerarquía. De hecho, como dice Alfons Cornellá, las organizaciones se enfrentan al reto de “pasar de entender la productividad como algo que sólo se consigue a nivel organización (cadena de producción) a entenderla como algo que se consigue principalmente a nivel individuo (cada persona, una fuente de productividad). [...] Como resultado de la historia de las organizaciones, hemos conseguido resultados excelentes en la productividad organizacional (la cadena de producción es casi inmejorable en algunos sectores), pero sacamos aún escaso partido de las herramientas tecnológicas, y de las metodologías, que permiten convertir a cada individuo en una fuente de productividad, en esquemas de producción distribuida y trabajo en red verdaderamente eficientes (productividad individual)“.

La productividad organizacional es una “Productividad en 3D“, ya que para que un individuo sea productivo es preciso que sepa, pueda y quiera. Esto, aunque es evidente, sigue siendo sistemáticamente ignorado a día de hoy en la mayor parte de las organizaciones.

Crear espacios de trabajo donde las personas sepan, puedan y quieran ser productivas, ¿es un reto alcanzable o una absurda utopía? Si pudiera lograrse, ¿cómo habría que hacerlo? Y si se hace, ¿qué resultados se podrían conseguir?

De esto y mucho más hablaré en mi intervención. Prometo compartir aquí cómo ha ido.

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Este artículo, La Productividad 2.0 en la Empresa – Ahorrar Innovando, escrito por José Miguel Bolívar y publicado originalmente en Optima Infinito, está licenciado para su uso bajo una Licencia Creative Commons 3.0 España.
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